sábado, 28 de julio de 2007

EL MUNDO SE DOPA

Recuerdo que en verano, cuando se acercaban las vacaciones de casi todo el mundo, las noticias que aprecían en prensa eran más fresquitas. Pero este calor debe estar generando altas temperaturas en algunos dirigentes mundiales. El dopaje es una actividad ilegal en el deporte porque inicialmente fortalece a quien se lo aplica pero a la larga perjudica seriamente la salud de los atletas, y de los no tan atletas, que pueden llegar a ser completamente idiotas. La columna semanal en Diario Córdoba de esta semana recoge el doping mundial, y local, pero espera con ilusión que las antiguas carreras vuelvan a ilusionarnos.


El mundo se dopa


Estamos sobresaltados por los acontecimientos del Tour. La gran carrera se ceba con el heroísmo épico de años pasados, cuando el país entero vibraba con Perico y luego con el muchachote navarro del corazón más lento del globo terráqueo. Eran los tiempos sin ayudas, de las escaladas explosivas, de los demarrajes emocionados, de las carreras contra el tiempo a pedaladas brillantes. Y el dopaje llegó para volvernos locos. En la carrera del mundo se queman también etapas dopadas.

Raúl Castro anuncia una continuidad de las cenizas del régimen de su hermano para sostener sin transición política una revolución que, dice ahora, experimentará cambios económicos y tiende una rama de olivo a los Estados Unidos para lograrlo. El presidente norteamericano se empeña mientras tanto en preocuparse de la vestimenta formal de sus equipos en la Casa Blanca. Sarkozy, figura nueva del panorama internacional, pacta la construcción de una central nuclear con Gadafi en Libia. Hugo Chávez da una nueva vuelta histriónica a su ruleta bolivariana en Venezuela. Israel entrega armas a parte de Palestina para que luchen mejor con la otra parte. Los ideólogos del martirio islámico realizan y anuncian más acciones terroristas en Afganistán e Iraq en el camino falso de la guerra santa que debe tener a Dios contrariado. Historias de espías sacuden nuestras relaciones con Rusia, que se enfada con Gran Bretaña por otras historias de espías. Y, en casa, un juez de Murcia monta un follón tremendo e injusto con varias resoluciones que sitúan su particular consideración moral a la altura de los derechos ciudadanos consagrados por la ley. Cualquiera de estas cosas podría ser portada de El Jueves, siempre que no la secuestren.

Todo eso en una semanita de siete días. Y habrá más temas, seguro. Que cada quien ponga los suyos. Yo me quedo con la épica antigua que subía las montañas con fortaleza y pedaleaba con ganas hacia unas metas esperadas por todos. Me quedo con las imágenes de una carrera estructurada que tenía un comienzo y un fin, donde la gente sabía a qué atenerse y cómo hacer las cosas. Prefiero las pájaras que venían provocadas por el esfuerzo constante. Me quiero situar lejos de estos ciclistas dopados que nos llevan en bici por cumbres planas y cronos trucadas.

Este mundo dopado alberga gentes de casta que pelean en carreteras trabajadas por direcciones sólidas. Hace falta decirlo y reivindicar su valor porque lo que queda es el triunfo de los grandes corredores que llevan al público a seguir sus gestas. Los ciclistas dopados de la vida, al final, son sólo una mala anécdota. Por suerte.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bueno pues feliz verano y que descanses, a ver cuando continuas tu coluna en el Diario Córdoba que las echo de menos, un beso si me lo pemites y disfruta de tu merecido descanso