sábado, 29 de septiembre de 2007

LA BANDERA DEL PATRIOTA


La pelea de los símbolos comienza a desesperar. Banderas, fotos de los reyes, críticas abiertas al sistema...Hay que pedir respeto a todos por los símbolos aunque nos resulten ajenos pero también es importante pedir calma. Lo trascendente es lo que los símbolos encierran y preservan. El resto importa pero menos.

"La libertad guiando al pueblo"
Delacroix


LA BANDERA DEL PATRIOTA


Es verdad que tenemos una ley reguladora del uso de las banderas que determina que la española – me refiero a la bandera bicolor de franjas rojas y amarillas – debe ondear en lugar preferente de las instituciones. Es también cierto que la ley viene de 1981 y que la polémica creada ahora no es casual. Busca retratar patriotas: si pones la bandera, eres español; si no la pones, eres anti-español. El maniqueísmo eterno del simplismo político: blanco o negro, sin grises.
Sé que soy un patriota. Esta afirmación no admite discusión porque pertenece a mi esfera sentimental y en ésa sólo mando yo. Que esto se dude es algo que se me antoja del todo irrelevante: no afirmo mi patriotismo por la consideración que como tal tengan los demás de mí. Sentado este punto, me resulta totalmente ridículo cifrar el volumen y la intensidad patriótica en que un trozo más o menos bello de tela ondee en algún lugar. Según yo entiendo, esa discusión es más patriotera que patriótica.
Prefiero sin duda una patria que no moleste, que sea útil. La patria común del ser humano es la libertad. La nuestra concreta es una porción de tierra donde esa libertad se manifiesta en unos valores que nos identifican como algo más que meros patriotas: somos ciudadanas, ciudadanos, sujetos de derechos, responsables de deberes. En ese patriotismo cívico me encuentran y en la bandera, de cualquier color y forma, que idealmente los recoja. Que esa bandera ondee en la conducta de mis compatriotas es lo que emociona al ciudadano que vive conmigo. Lo demás es pura anécdota. No abogo porque se tolere que la ley se incumpla pero sí porque se asuma con tranquilidad que defender el patriotismo, el de los valores, el que no se enseña, no supone imponer criterios básicamente estéticos o simbólicos sino luchar por convencer a la mayor parte de la ciudadanía de la buena práctica de los valores que los símbolos pretenden contener. Imponer sin convencer es restarle al símbolo su valor verdadero.
Este país tan complejo, siempre invertebrado, que diría Ortega, no es difícil de querer pero cuesta algo más amar lo que representa en la disputa con quienes reclaman para sí la esencia de su cariño. Resulta complicado defender este sistema de valores frente a quienes, aunque no lo digan abiertamente, no lo quieren y soportar que su arma sea tu bandera. Para ellos encierra otro sentimiento. El mío habita en mi bandera y, en el fondo de mi corazón, en la frontera añil de la patria del mes de abril.

sábado, 22 de septiembre de 2007

Iom Kippur en Ramadán

IOM KIPPUR EN RAMADÁN

Los judíos del mundo celebran hoy el Día del Perdón. Los musulmanes viven en pleno Ramadán en el noveno mes de su calendario. Iom Kippur es un día de purificación, de estrategia de caridad y comprensión para con el prójimo. El Ramadán, uno de los cinco pilares del Islam, es un mes de ayuno y lucha para mejorar, también de purificación, perdón y comprensión del que tenemos cerca. Algo no han debido explicarles sobre estas celebraciones a parte de unos y otros.
Los calendarios judío y musulmán tienen en común la condición de estar regidos por el ciclo lunar, a diferencia del común cuyo ciclo es solar. Por esa razón las festividades de raíz religiosa de una y otra confesión no se corresponden siempre con las mismas fechas del calendario convencional. Así que, de vez en cuando, estas dos culturas enfrentadas desde el pasado siglo XX coinciden, como hoy, en momentos cumbres de sus tradiciones.
El Estado de Israel ha declarado territorio enemigo hace pocos días la franja de Gaza. El médico asesino de Al-Qaeda recordó, más o menos al tiempo, la urgencia de la liberación del Magreb de franceses y españoles. Inclementes unos, asesinos iluminados otros, nunca sufren las consecuencias de sus decisiones: hacen padecer a otros por sus delirios. No hay superioridad moral de ninguna estrategia política en ninguno de estos polos; se confunden quienes piensan que este conflicto tiene algo que ver con Dios. Pero tampoco hay equidistancia, al menos según yo lo entiendo. El estado de Israel, que es un régimen democrático, tiene un mayor nivel de exigencia ética que respetar. A lo terroristas no se les puede exigir nada más allá de la irremisible urgencia de su desaparición. Gaza es Palestina, pero también Israel políticamente. De hecho, el régimen de derechos humanos instaurado en la Autoridad Nacional Palestina, el status de práctica independencia que tiene en la actualidad, es una apuesta política que patrocina Israel al que Hamás bombardea. No me mantengo equidistante: Israel es el agredido, aunque también agreda; por eso justo es más responsable en la resolución del problema. Tiene la obligación de buscar la paz con el dolor de sus muertos.
Es trascendental reclamar cordura a los únicos que pueden tenerla de uno y otro lado: quienes sobreviven a pesar de quienes los dirigen. Esta noche Mohamed y Jamila romperán el ayuno de Ramadán al tiempo que Mordejai y Esther lo harán con el de Iom Kippur. Ojalá en ese punto comiencen a encontrarse los justos.

domingo, 16 de septiembre de 2007

Ya hemos ganado...


Esta gente fantástica, preparada y humilde, campeones del mundo, finalistas hoy del Eurobasket, luchadores tremendos, galvanizadores de la ilusión colectiva ya ha ganado.

Han ganado el afecto de la afición, han ganado el protagonismo en las conversaciones, han ganado el respeto de los amantes del deporte, han ganado el partido del ejemplo, han ganado el interés del público, han ganado un hueco en la historia...

El deporte, que es también negocio, abre de vez en cuando imágenes soberbias de equipos y de triunfos y no estamos acostumbrados en gestas colectivas a gozar del favor de los dioses del Olimpo. La selección española de baloncesto nos ha devuelto el gusto por lo bueno.

Yo era pequeño pero aún recuerdo aquella plata en Los Ángeles 84, el partido anterior contra Yugoslavia, con Drazen Petrovic, el de antes, con Canadá... Un camino donde el baloncesto español ha ido reforzándose en un camino ascendente, con pocos valles, hasta lllegar al oro de Japón.

Algún día perderemos. Puede ser hoy. Pero antes de que celebremos el triunfo, otro oro, yo ya lo digo: ya hemos ganado. En el campeonato del cariño de la gente, estos chicos están en lo alto del cajón.

Y, ahora, ! a por ellos! !Ñba, campeona!

sábado, 15 de septiembre de 2007

EDUCACIÓN PARA LA CIUDADANÍA

Educación. Ciudadanía. Juntas modifican la conducta de quienes no quieren que los derechos de todos sean el referente formativo general. Es lo de siempre: consolidar democracia molesta.
Curiosamente quienes no quieren EpC, sí quieren religión a espuertas en la escuela pública, sin preocuparse de que -en realidad- es prácticamente imposible no elegirla. No pretendo herir a nadie, ni ofender ningún sentimiento religioso o moral de esfera privada, pero es que ese ámbito ( el privado) sí es para la casa y el civismo medio desarrollarse en la clase.
El artículo original era un pelín más largo. Si el tema da para comentarios, utilizaré esas partes que no he publicado.
CIUDADANÍA EDUCADA, CIUDADANÍA CABAL

Nuestro sistema educativo, en este curso que comienza en unos días, ha previsto una asignatura que está removiendo a los sectores que menos han apoyado secularmente las grandes transformaciones sociales que impulsan el tejido social del país. La Educación para la Ciudadanía ha despertado más recelos por su implantación que el fracaso escolar, la pérdida de nivel formativo, las carencias de nuestro profesorado o el deterioro forzado por esos mismos sectores, agoreros del desastre, de la imagen de la escuela pública.
Si detectamos un problema, haremos bien en intentar ponerle solución. Parte de nuestra gente joven tiene serias fisuras en el respeto de los derechos de los demás y en el conocimiento de sus propias obligaciones. Nuestro país y nuestra sociedad se han transformado. La escuela pública se ha desenvuelto en ese clima de cambio permanente dando respuestas transversales no regladas a las mutaciones. La sociedad civil ha respondido a los escenarios nuevos con una base ideológica diversa pero con un punto de unión en los valores y derechos constitucionales. La aspiración cívica que subyace en ese planteamiento es que la persona disfrute todos esos derechos y asuma sus deberes porque los aprecie desde el conocimiento. Educación para la Ciudadanía no pretende otra cosa que contribuir a la construcción de ese perfil ideal ciudadano: conocer los derechos fundamentales recogidos en la Constitución, empaparse de los valores que informan nuestra sociedad democrática, incorporar su ejercicio a nuestra vida cotidiana, con respeto a los derechos de los demás y a la existencia de la diferencia, desde la responsabilidad de nuestros deberes.
La nueva asignatura supondrá un elemento estándar para la escuela. Tras su implantación, al evaluar sus efectos sin miras a corto plazo, podrá contrastarse si los valores comunes que compartimos y su adecuación a los tiempos van impregnando la formación de las nuevas generaciones. Entonces podrá criticarse con sentido la inactividad de los gobiernos (de cualquiera, no sólo de éste) frente a los problemas de convivencia generados por falta de civismo.
Surge la mezquindad en estos debates. Sorprende, aunque reconozco que ya muy poco, cómo sustentan la maldad pretendida de esta materia. Los guardianes de las esencias morales nos advierten: el gobierno (no cualquiera, sino éste) aprovechará la materia para formar electores, no ciudadanos. ¡Acabáramos! Me imagino a la Ministra de Educación remitiendo cartas de instrucciones para dictar las clases al pobre alumnado, poco antes de ser devorada por las llamas del Infierno. No teman, entren en clase: la asignatura dirá a los alumnos que sean ciudadanas y ciudadanos cabales para que vayan y den fruto, y su fruto permanezca (con este gobierno y con cualquiera).

sábado, 8 de septiembre de 2007

OTRA VEZ SEPTIEMBRE, LA VUELTA...

Este blog terminó sus vacaciones. En realidad he querido respetar la semana de kit kat que se ha dado el periódico con la columna que reproduzco aquí ahora. Este tema relajadito permite una recolocación pausada pero amenazo más. En fin, saludos de nuevo y... nos leemos.
Por cierto, gracias por los comentarios sobre la musiquilla cani que me tiene fascinado. La Cadena 40 de Málaga tiene unos creativos de primera en ese programa Tooooooooo guapoooooooooo.
¡FELIZ AÑO NUEVO!

Hay momentos para todo. Las temperaturas de los tiempos que vivimos no tienen por qué mantenerse constantes, como si estuviéramos siempre en las Islas Afortunadas de una existencia contemplativa. Así que, acabadas las calendas del dolce far niente, nos esperan los balbuceos incipientes del bebé septembrino. Reconozco que cuesta acoplarse a ritmos viejos que debemos renovar para motivarnos, rearmándonos para las batallas que nos aguardan con las siete filas de dientes que adornan a los tiburones de nuestro particular mediterráneo. Pero seamos sinceros también: en el fondo, lo echábamos un poquito de menos.

Vamos a vivir la oportunidad de las recuperaciones, el vértigo de las nuevas incorporaciones a la vida profesional, el bombardeo de los buenos propósitos, la toma de los gimnasios y la gula de las dietas. Vamos a reengancharnos a lo cotidiano mientras perdemos el bronce paulatinamente. Quedarán manchitas en la piel y en menos de tres semanas, cuatro a lo sumo, el esfuerzo grato de invertir en moreno habrá dado paso al otoñal blanco bombilla que nos acompañará hasta mucho después del turrón. Los años, en verdad, comienzan dos veces. Uno dura siete meses, desde enero hasta julio. El otro, empieza en septiembre. Agosto se queda en los huecos de la memoria relajada.

Confesaré algo íntimo. Antes burlaba estos parones convenidos hurtando mi presencia a quienes me esperaban justo para esta temporada, dejándome secuestrar para unas vacaciones furtivas fuera del circuito comercial que impone Agosto Super Star. Ahora ya no puedo, el calendario se cobró su víctima conmigo hará cinco o seis años. Siempre he creído que nadie se molestaba realmente porque no estuviera y yo sí que apreciaba no estar. Eran otras ocupaciones y otras responsabilidades. Era otro yo.
Este yo actual, al fin y al cabo, está de vuelta. Con las ganas intactas y la mente abierta. Y es que, casi sin darnos cuenta, pronto será Fin de Año otra vez. ¡Qué cortos los días! Bienvenidos, bienhallados, a la fiesta.