sábado, 29 de diciembre de 2007

LA CRONIQUITA

El título es parte de un juego simpático que disfruté la pasada semana. Hablando de cosas serias, en mitad de la conversación, mi amigo Jose me dijo: "Eso puedes utilizarlo para tu croniquita del sábado". Seguimos hablando sobre lo anterior y al final de la conversación le comenté: "Por cierto, lo que tú llamas croniquita se llama...¡artículo!". Los dos reímos aquel día y lo hemos seguido haciendo toda la semana. En aquel momento le dije que el último del año tendría ese título.






Hay muchas más cosas que caben en esta entrada que no aspira a ser resumen. Pero hay una que debería estar en todas. Lo que perseguimos es la felicidad, la nuestra y la ajena. Ése es nuestro objetivo y nuestro compromiso. Así que, a ser felices. Al menos, debemos intentarlo. Lo demás son vainas. ¡Feliz 2008!









La croniquita




MI amigo Jose, léase así: sin la tilde en la e, le ha puesto título a estas letras. También muy probablemente es responsable, con una multitud, de parte de su contenido. Acaba un período intenso en unos días y comienza otro nuevo, distinto por definición. Pero en estos tiempos de cambio se impone el balance; como todos personal y parcial, aunque sin complejos.
Doce meses nos han dado para vivir instantes veloces, montados en trenes de desarrollo. En un año se han modificado, con la responsabilidad que cada uno tenga, las bases normativas de las estructuras sociales de nuestra tierra cuando aprobamos un marco institucional más moderno con el Estatuto. Nos reconciliamos con la historia y la memoria al reconocer el mérito y el valor de los que por tanto tiempo habían sido silenciados después de enterrarlos en fosas comunes.
El río Guadalquivir se ha hecho más andaluz que nunca y el agua, que no es de nadie, se gestiona más cerquita. Un vendaval ha abierto nuevos caminos para ganar redes de solidaridad con quienes más lo necesitan, a través del sistema de dependencia que busca la autonomía personal. Han sido días de avances en igualdad sin que el sexo nos distinga en la ley. Como si fueran carreteras, que también lo han sido, se han acortado las distancias entre pueblos y ciudades con normas que ponen el desarrollo real – el sostenible – en el eje del mundo rural. A pesar de los agoreros, pudimos celebrar la democracia próxima, la más cercana, la del agente que construye sus pueblos, y sus ciudades, en los ayuntamientos.
Más allá de la producción legislativa que ha cambiado el color de nuestra sociedad, hemos vivido con naturalidad. Nada se ha roto ni da señales de que así vaya a ser. No hay que temer que en la próximas horas el cielo caiga sobre nuestras cabezas de forma que cerraremos un año que entre todos ha dado frutos importantes para el resto. Es la normalidad la que nos lleva a vivir sin sobresaltos y lo que hacemos, o dejamos de hacer, es importante sólo en la medida de la utilidad que tenga para mejorar. Creo que lo hemos hecho y además podemos continuar por ese camino. De cualquier forma resulta esencial gozar de esa normalidad tranquila en nuestras vidas, en las parcelas que nos definen como seres humanos que quieren compartir un espacio de la mejor manera posible .
En fin, al creer, en medio de las dificultades y de los errores que acompañan toda empresa humana, que estamos en un camino correcto es bueno recordar que somos lo que somos no para amar en silencio lo que pensamos, sino para llevarlo a cualquier sitio donde se pueda seguir alcanzando la felicidad. Como dice mi amigo Jose, ahí reside la clave. El ser humano debe aspirar a ser feliz y nuestra obligación es intentarlo. También el próximo año.

EL RINCÓN DE CRISTINA

Está visto que no es lo mío el trasteo informático. Con el Rincón de Cristina que habéis visto en el lateral, ya sabéis lo que pretendemos. Lo que haremos será crear una etiqueta específica con ese nombre y comenzar todas las entradas que se refieran a este espacio con el antetítulo EL RINCÓN DE CRISTINA. Como dijimos que el primero sería El Mañana Efímero de Machado, dejo este enlace que me parece bastante bueno. Haced comentarios como siempre. Cristina será Cristina. Saludos.

http://www.palabravirtual.com/index.php?ir=ver_poema1.php&pid=11495

sábado, 22 de diciembre de 2007

OTRO CUENTO DE NAVIDAD (AÚN)



Cambio climático. Es realmente el problema más importante de nuestra sociedad. Con este artículo he intentado mostrarlo de una forma amena, poniendo en el tapete, las contradicciones de quienes no creen que sea tan trascendente. Entre parántesis he escrito aún. Y es que todavía es posible escribirlo pero a este ritmo, si no ponemos remedio, será imparable. No podremos combatir sus efectos. La reciente Cumbre de Bali ha supuesto una buena noticia por la revisión, aunque mínima, de la política de EE. UU. que nunca participó en Kyoto. Si Scrooge cambió desde su avarienta forma de ser, todo es posible. En Navidad suceden milagros.
¡Felices fiestas!
La images es de monografias.com
Otro cuento de Navidad (aún)
Advertencia previa: Esta historia está basada en hechos reales. No todos los parecidos con la realidad son mera coincidencia.
Ebenezer Scrooge es físico. Vive en una finca soberbia, un antiguo encinar talado a fuerza de sucesivas ampliaciones para uso habitacional de su residencia. Catorce modestas habitaciones para su familia de cuatro miembros. Ebenezer tiene un primo y lo llamó en Nochebuena para felicitarle las fiestas. Usó su móvil, con la batería cargada desde hacía dos horas, aunque todavía conectado al enchufe, mientras miraba el colosal alumbrado navideño que dispuso en sus terrenos desde el puente de los Santos. “Querido primo, ¡feliz Navidad!”;
“¡Lo mismo te digo!”, se intercambiaron. La conversación derivó a muchos temas y Ebenezer comentó - con la seguridad que le reportaban sus conocimientos de Física, particularmente cuántica - que eso del cambio climático no era tan importante. Scrooge siguió con su rutina y, cuando se acostó, un sobresalto descomunal violentó su sueño. Efectivamente, su sospecha es cierta: era el fantasma de la Navidad pasada.
El fantasma socarrón le mostró una extensión de encinas magnífica. Se respiraba paz en aquel lugar. En lugar de bombillas, aves; en lugar de cemento, árboles; donde una fuente, el arroyo y donde la gente, marranos. Ebenezer se conmovió, pero sin pasarse. Al fin y al cabo, su finca no era así. Él respetó el sistema. No taló todas las encinas, sólo doscientas cuarenta y siete. Incluso solicitó licencia para construir una nave de aperos para que su casa tuviera papeles. Enganchó la luz cuando comenzó la obra con un permiso provisional y tuvo la suerte de catalogar su pozo como histórico. En cambio agrió el gesto cuando el fantasma, entre risas, desprendió el velo: “¡Pero si ésta es tu finca…antes!
Sin tiempo para pensar, otro fantasma apareció junto a él en un páramo yermo bajo un calor sofocante y un sol de justicia. A lo lejos, casi oculta por un polvillo negruzco, como ceniza, se intuían las ruinas de una construcción antigua. Se acercaron a ellas donde, en una butaca desvencijada, un esqueleto sostenía un mando a distancia de un potente calefactor. El fuerte calor soportado durante años dejó marcada la fecha y la temperatura elegida: 24/12, 32º. El fantasma le espetó: ¡No todos mueren tan calentitos como tú, Ebenezer! Scrooge lloró como un niño.
Las lágrimas despertaron en su cama a Ebenezer. Aunque eran más de las cuatro escribió una carta a su primo. “Tómatelo en serio y díselo a todos: cambia tus hábitos. El cambio climático es nuestro mayor problema. ¡Feliz Navidad, otra vez! ”. Lamentablemente, a vuelta de correo, su primo le reprochó tanta felicitación.

sábado, 15 de diciembre de 2007

DIGA 33 ( A PROPÓSITO DE MI MADRE)

Uno no cumple años todos los días. Esta semana he celebrado mis treinta y tres. Como normalmente no lo hago, he querido invertir el orden normal de los regalos y aprovechar, en toda la extensión del término, la oportunidad de hacer público un sentimiento que supongo comparten la mayoría de los que somos hijos en este mundo. No lamento haber utilizado el espacio que me ofrecen, y éste que me doy yo, para escribir unas líneas sobre mi madre. Lamentaría, en cambio, no haberlo hecho. En fin, este artículo es intimista pero no es íntimo porque lanzo a quien quiera leerlo mi verdad sobre mi madre. Espero que muchas personas se sientan identificadas y aprovechen la ocasión para escribirlo o decirlo. El tiempo no pasa en vano. Es una torpeza no decir lo que sentimos. Te quiero mamá.
DIGA TREINTA Y TRES

Edades hay tantas como personas que cumplen años. El género humano quema etapas y las celebra, o no. El resto del reino animal también pasa por esas conquistas del tiempo pero, hasta lo que se conoce, sin conciencia. Los seres humanos, sentados plácidamente en lo alto de la escalera evolutiva, sí la tenemos. Percibimos, y disfrutamos o sufrimos, cómo transcurre nuestra vida junto con otras ajenas que nos importan.
He pensado siempre que para explicar el presente debemos acudir a los orígenes, que es un concepto algo más amplio, y menos hiriente, que el pasado. Los míos recuerdan una cara amable, una sonrisa tierna y un cuidado sin desmayo. Se serenan en un mundo completo de cariño, donde no había de todo pero todo lo que había bastaba. Muchas veces me pregunto cómo fue posible que no percibiera los momentos malos que siempre acompañan la vida de una familia pero la respuesta es simple y contundente: por el esfuerzo de mi madre.
Nos decían en el colegio que los seres vivos nacen, crecen, se reproducen y mueren. Conforme fui creciendo, contemplé con más o menos intensidad que las cosas alrededor menguaban. Luego descubrí que no era así, se mantenían igual: era yo el que iba haciéndome mayor. Estaba en el segundo estadio de lo enseñado y las complejidades que atravesaba eran tan sencillas que para un chaval, primero, y un adolescente, después, suponían – como es lógico – el mayor problema del mundo. Ante eso, encontraba la comprensión para lo que me pasaba de quien sufría complejidades tan reales y enormes que no llegaban a ser problemas: mi madre.
Uno hace su vida y se marcha. Empieza el camino por su cuenta y va asumiendo responsabilidades que unas veces elige y otras no. Es el mundo real. Ahí ya se nota el vértigo de la decisión. La pareja que conformas, la familia, el trabajo, la falta de tiempo, los desencuentros, las pérdidas…al poco has cambiado los papeles y de repente, cuando sólo estabas acostumbrado a recibir, eres tú quien debes dar. Es en ese punto del viaje cuando notas lo mucho que te han dado y lo poco, ¡lo poquísimo!, que lo has agradecido. Pero cuanto más cuesta arriba se pone el sendero, queda un resquicio para tomar aire, porque hay quien está dispuesta a prestarme el suyo para que a mí no me falte, aunque se quede sin nada: mi madre.
El sentimiento que late en el corazón de un hombre de treinta y tres años estrenados es que le harían falta trescientos treinta y tres mil más para devolverte parte del mismo cariño y cuidado. No se lo digas a nadie pero cuanto más crezco, más chico quiero ser. Gracias por ser mi regalo.

sábado, 8 de diciembre de 2007

EL VALOR DE LA REPÚBLICA: A PROPÓSITO DE LA CONSTITUCIÓN




A uno y otro lado de esta entrada, dos portadas de tremenda importancia: la Constitución republicana del 31 y la vigente Constitución del 78, cuya aprobación en referéndum celebramos estos días.
En muchos pueblos se está aprobando un manifiesto en favor de la República, la tercera. Desde mi sentimiento republicano, y mi consideración política y personal a favor de la instauración ideal de una República en mi país, considero que es un error estratégico.
El sector de la sociedad, y de la clase política que alimenta la radicalización extremista, que ataca furibundamente cualquier avance social alcanzado desde una óptica progresista no debe tener una excusa en esa petición, de todo punto legítima. Defiendo el ideal republicano pero lo defiendo hasta el punto de garantizar antes los valores - eso que ahora se llama con acierto republicanismo cívico - antes que la propia forma republicana. Ojalá pueda ver algún día la República, pero de todos: no quiero una República instalada exclusivamente por un sector de la sociedad y de la política. Quiero una República inclusiva y potente. Por ello celebro una Constitución que ha convertido un país-páramo de derechos en otro que los garantiza y promociona. Más allá de la monarquía, ser republicano no puede limitarse a la República.
EL VALOR DE LA REPÚBLICA

La Constitución Española consagró la Monarquía como forma política del Estado Español. Esta etapa democrática, más allá de la infeliz expresión que confunde la verdadera forma política del Estado – democracia – con la manera de articular su jefatura, ha dado frutos y se mostrado flexible para que todos quepamos en este complejo país; es un buen instrumento. Los constitucionalistas americanos dicen que una constitución no debe tener una vigencia superior a una generación para evitar desenganches afectivos y responder a los cambios sociales. La nuestra ha tenido dos reformas, la que permite el sufragio a los ciudadanos comunitarios y de otros países en función de acuerdos y la abolición total de la pena de muerte. Más allá de eso, el Tribunal Constitucional, cuya crisis es vergonzosa, ha adecuado el texto a los tiempos y las tensiones.
Yo no voté la Constitución por edad ni pude definirme sobre las cuestiones que incluía. Tengo un sentimiento republicano que se explica desde una concepción estrictamente demócrata: es la elección popular en cualquiera de sus formas la que legitima el ejercicio del poder. De cualquier manera, reconozco que la historia de nuestro país ofrece recetas originales para la superación de los conflictos. Un Jefe del Estado que asumió por las leyes de la dictadura todo el poder del dictador, a quien sucedió, utilizó ese poder conferido para entregarlo a su dueño: el pueblo. La legitimidad democrática, que se ganó con el ejercicio del cargo, superó la ausencia de legitimidad de origen que le acompañaba.
La Monarquía constitucional no está en cuestión actualmente. Concita un apoyo importante de la opinión pública y ha servido eficazmente al país en el mayor período de estabilidad, crecimiento y desarrollo democrático de nuestra historia reciente. Cuando un extremo de la sociedad tensiona intentando monopolizar los símbolos del Estado y otro plantea la alternativa a esa patrimonialización poniendo en cuestión las instituciones del país no es un buen momento para hacer cambios. La discusión sobre la forma política que acoja la jefatura del Estado resulta tremendamente menos importante que la garantía del modelo de convivencia que se postule para el país. Los modelos de Estado no se construyen sobre la exclusión sino sobre la integración. No es la forma de Estado la que resuelve los problemas de los ciudadanos sino los valores de ese Estado, y su ejercicio y garantía, los que contribuyen a solucionarlos.
La evocación a la República es una reflexión democrática de carácter práctico y también emocional. Nada es más democrático que reivindicar su papel crucial para la democracia. Nada hay más republicano que preservar los valores en que se asienta, que es lo verdaderamente importante. La defensa del valor de la República cabe en la Monarquía mientras que la forma política del Estado sea la democracia.





sábado, 1 de diciembre de 2007

EL PROGRESO DE LOS PUEBLOS: LA LEY DE DESARROLLO RURAL


Cuando el próximo nueve de marzo se celebren elecciones generales, los votantes podremos valorar las distintas medidas que se hayan impulsado desde el Gobierno para mejorar nuestra situación. También podremos valorar la labor de la oposición. Nadie puede definir que no sea legítimo apoyar o no desde una ideología un compromiso político pero tampoco se nos puede obligar a hacer lo blanco negro. Es decir, si alguien se opone a una novedad legislativa de la importancia de ésta, el desarrollo rural - mira el mapa que está al margen-, no podrá decirnos después lo mucho que le importa la materia y lo malos que son los que la han impulsado. Sé que es el juego de la política, más bien el de la política politiquera, pero desde luego no es el debate que afecta a los ciudadanos del mundo rural. Es absolutamente provinciano no apoyar esta ley, para que al paso de los años, podamos en ejercicio de nuestra libertad, cambiar el verde del mapa de España por el blanco de la misma imagen.
La imagen es del web del Ministerio de Agricultura. Es na división zonal del medio rural en España, de acuerdo con la leyenda. Es importante significar la escasa mancha verde en Andalucía, en relación al resto de España.
EL PROGRESO DE LOS PUEBLOS


Esta legislatura que algunos sectores sociales tanto repudian sostiene una producción legislativa de relevancia histórica en diversos campos. Se han afirmado por ley distintos compromisos que difícilmente van a poder desandarse en el futuro. Se han fundamentado derechos, formal y materialmente visibles, de la manera más contundente en democracia: traduciendo la voluntad popular en la ley. Esta semana, el pasado día 29, se ha incorporado al paquete la Ley de Desarrollo Sostenible del Medio Rural.
El noventa por ciento del territorio de España es medio rural. Catorce millones de ciudadanos desarrollan sus vidas y sus aspiraciones en el marco del mundo rural. España son sus pueblos. Por supuesto que la ciudad mantiene el impulso de las sociedades en ritmos de crecimiento importante pero no es menos cierto que también lo promocionan, y desde hace mucho tiempo, las gentes que trabajan en los pueblos. En Andalucía conocemos bien esa realidad, tenemos pueblos vitales, dinámicos y fuertemente situados en niveles de desarrollo. Por encima del tópico que fabrica la ignorancia, que clasifica burdamente cualquier producto nacido de un pueblo como cateto, un pequeño viaje por la geografía andaluza destierra de la mentes abiertas esa visión falsa e infundada. Esto ha sido posible en los últimos 30 años porque se han fijado políticas para mantener la población en los núcleos rurales, mejorando la calidad de vida y de renta de la ciudadanía. Ése es el objetivo que ahora suma la nueva ley para toda España. El desarrollo rural es una política transversal. Educación, cultura, sanidad, vivienda, transportes, comunicación, seguridad, calidad ambiental…cualquier política tendrá una visión focalizada también al mundo rural con el objetivo de cohesionar más el territorio. Traducido: igual oportunidad de desarrollo para todos, nazcan donde nazcan, vivan donde vivan. El mundo rural merece atención preferente y además adecuada a sus necesidades. Por ello resulta muy positivo que la ley establezca tres planos de acción en función de la densidad poblacional con el objeto de revitalizarlos o dinamizarlos.
Nada importa que se discuta el apoyo de distintas fuerzas a esta ley. No es en absoluto relevante que, como casi siempre, quienes promocionan condiciones de mayor igualdad no estén acompañados por los que, como casi siempre, se oponen a las novedades legislativas que suman derechos, para después – cuando se consolidan en el día a día – abrazarlas con la fe del converso. ¿ A alguien sorprende, a cuatro meses escasos de las elecciones, que no apuesten por el progreso de los pueblos?

sábado, 24 de noviembre de 2007

CONTRA LA VIOLENCIA MACHISTA


El 25-N es el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las mujeres. Los datos son escalofriantes. Nuestro país vive dos terrorismos y uno es particularmente dañino. Acaba con las vidas de las mujeres en sus casas y en sus cuartos. La Vicepresidenta del Congreso, Carmen Calvo, dijo ayer en un acto al que asistí que las mujeres pueden, y quieren, conquistar sus cotas solas pero en esta lucha contra la violencia de género ni quieren, ni pueden, estar solas. Luchar contra la violencia machista, que es un modo de fascismo porque usa el poder de uno sobre otro ser humano, es una responsabilidad que concierne a toda la sociedad pero sobre todo a los varones de esa sociedad.
La viñeta es de Forges, publicada en El País
Detrás de la oscuridad, la luz

Mañana conmemoramos el Día Internacional contra la Violencia de Género. Las mujeres muertas por mano de los machistas criminales no pueden ser una estadística fría. La sangre tiene que hervirnos hasta escapar de nuestras venas, para que nuestra indignación salpique en la cara de los asesinos.
Pero no sólo puede ser indignación. De hecho, se está recorriendo un camino. Es una senda que hemos empezado a transitar con el arma de las sociedades democráticas: la ley. Una de las primeras de esta legislatura ha sido la que presta protección integral contra la violencia de género. Es un compromiso legal al que acompaña una acción política. Más juzgados, más fiscales, más asistencia jurídica gratuita, más medios para denunciar sin aumentar el riesgo, más agentes específicos para Violencia de Género. Es un objetivo social y público puesto en primera línea: prevenir la agresión, proteger a la víctima, detener al agresor. Casi cincuenta mil agresores han sido condenados a penas más duras desde la vigencia de la ley y las campañas de prevención e información son una constante diaria. El destino inicial de doscientos cincuenta millones de euros de los Presupuestos Generales del Estado es la lucha contra la violencia de género, pero probablemente la cantidad final destinada será mucho mayor porque en los últimos ejercicios ha sido corregida al alza cada año. Hay ley, hay acción y voluntad política, hay más medios, más información y más recursos. Aún no es bastante.
Toda esta respuesta sólo puede ser inicio. El problema es enorme pero, a pesar de su magnitud y complejidad, tenemos que erradicarlo. La violencia de género no es un asunto privado, es una lacra social que exige lo mejor de nuestros esfuerzos para repudiar el machismo criminal y combatir su existencia Por ello, es preciso actuar con exigencia promoviendo más y mejores recursos de prevención y asistencia integral, luchando desde las escuelas contra el sexismo promoviendo planes de igualdad y programas educativos que puedan extenderse también hacia la juventud y todo el tejido social. No se trata en este caso de romper el techo de cristal sino de reventar la cárcel del maltrato.
Gamoneda ha escrito en sus versos: “ …Detrás de la oscuridad están los rostros que me han abandonado…” No podemos ser cómplices. Ninguna mujer que sufra maltrato puede sentirse así. Que sepan que nuestro compromiso es que no haya oscuridad. Que sepan que nuestra responsabilidad es que vean nuestras caras a su lado y en la luz. Porque tiene que ser posible. Porque frente a la violencia de género tenemos que fabricar la esperanza.

sábado, 17 de noviembre de 2007

EL RÍO GUADALQUIVIR COMO OPORTUNIDAD DE DESARROLLO

Como se ve en la imagen de al lado, la cuenca del Guadalquivir ocupa casi toda Andalucía y, específicamente, todo su interior. Estoy convencido de que uno de los puntos esenciales del Estatuto andaluz es la asunción de la competencia en materia de aguas. Es tremendamente importante garantizar desde nuestra tierra un uso social del agua y explorar las posibilidades del río desde todas las facetas posibles, particularmente en materia de desarrollo económico y turismo. El tema no es baladí porque hemos tenido la experiencia en negativo al no tener las competencias. Del mismo modo que la autonomía ha servido para gestionar mejor competencias antes estatales, como la sanidad o el empleo, la nueva responsabilidad debe ser un revulsivo para que otros formas y usos entren en la gestión cotidiana de un asunto tan vital para Andalucía como el agua. Si bien no es trascendente quién asuma las competencias, sí lo es que se expriman al máximo. Creo que el conocimiento de la s¡tuación y una política bien ensayada , y probada, de vertebración territorial en Andalucía indican que, más allá de la carga emocional, es lógico y positivo que el Guadalquivir llegue por fin a Andalucía.

El cuadro de la cuenca es de www.hoy.es
El río de la vida


Los pueblos han basado desde antiguo su existencia en la naturaleza. Han utilizado los recursos de la Tierra para su progreso, posiblemente con más tino que ahora, y han desarrollado núcleos de población, de convivencia, de vida, al amparo de lo que el planeta nos proporciona. En Andalucía, la suerte nos deparó el río grande.
Cuando este año aprobamos el Estatuto de Autonomía para Andalucía marcamos un hito importante al incluirse en el texto de referencia la asunción de la competencia sobre el río Guadalquivir, el gran río. Andalucía definió que le pertenecía la gestión exclusiva de esas aguas fluviales dentro de su territorio. El río andaluz por voluntad geográfica obtenía así la misma pertenencia administrativa. Prácticamente el cien por cien de las aguas del Guadalquivir y sus afluentes están en territorio andaluz y por ello es razonable asumir la competencia sobre la materia hidráulica, sin perjuicio – como dice el Estatuto – de lo previsto en la Constitución y la política a nivel estatal para garantizar la solidaridad, que nunca ha entrado en riesgo. En desarrollo de esa previsión estatutaria, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir depende ahora de la Junta de Andalucía. No albergo dudas sobre la constitucionalidad de la competencia andaluza, más allá de la semántica de la redacción de la norma, y entiendo muy favorable que se gestione íntegramente nuestra política de aguas, que se deriva principalmente del río andaluz, en Andalucía.
Hay una clave de gestión política, desde el inicio de la democracia, que resulta importantísima: la realización de inversiones para integrar el territorio y fijar la población a su residencia. Se ha conectado con éxito la Andalucía del interior y se han multiplicado las oportunidades de desarrollo humano en esa franja. Ahora el río se incorpora a esta concepción transversal de Andalucía. Es un elemento vertebrador de primer orden para cuya existencia no se ha tenido que acometer inversión alguna: es la naturaleza quien asumió dicha responsabilidad. Toda Andalucía se conecta por el río; desde Cazorla hasta Doñana, muchísimos municipios andaluces son bañados por el río o sus afluentes principales y dos grandes áreas, Córdoba y Sevilla, no se entienden sin el Guadalquivir.
La competencia andaluza sobre el río permite unificar todas las ofertas que deben hacerse, en materia ambiental, turística, económica, o de ocio, integrando una visión competitiva. Prestada la inversión principal por la naturaleza y conseguida la oportunidad por la voluntad política, resta imaginar y poner en marcha una estrategia, ágil y creativa, para que naveguemos.

domingo, 11 de noviembre de 2007

LOS GOBIERNOS LOCALES: EL VALOR DE LA PROXIMIDAD


Acabo de regresar de Madrid, donde he asistido como invitado a la novena Asamblea General de la FEMP. Ha sido una experiencia interesantísima compartir con muncipalistas de toda España y de todo el arco político ideas, iniciativas y planteamientos sobre el pilar del Estado que son los Ayuntamientos. Unos debates fructíferos han dado lugar a muchas resoluciones importantes que fijan un camino exitoso por transitar. Mi admirado Pedro Castro, alcalde de Getafe, ha sido elegido Presidente de la FEMP en la asamblea por más de quince mil votos. Su adversaria de la candidatura patrocinada por el PP, Regina Otaola, alcaldesa de Lizartza obtuvo más de once mil y será la vicepresidenta de la organización. Me quedo con la idea que ha señalado Pedro en sus discursos: hay que hacer lo que se debe, aunque se deba lo que se hace. De este invento tan genial que es la democracia local sabe un rato. En 25 años que lleva siendo alcalde lo díficil ya lo ha hecho; lo imposible, tarda un poco.

La fotografia del nuevo presidente de la FEMP, Pedro Castro, la publica "El País" en su edición digital de hoy. Es de EFE.
La casa de la ciudadanía


España se gobierna desde planos distintos. Está el plano del gobierno central, el de los gobiernos autonómicos y los gobiernos locales. Además un cuarto plano sobrevuela todos ellos: el europeo. Todos atienden desde sus esferas necesidades globales de la gente y yo creo que, a pesar de los fallos del sistema – técnicamente complejo –, intentan afrontar las soluciones a los problemas con honestidad y capacidad.
De todos los campos donde operan los actores que deben dar soluciones a los conflictos desde las instituciones, hay uno que es particularmente importante: el gobierno local. Toda la ciudadanía, sin excepción, está vinculada a los ayuntamientos. Unos ocho mil municipios gestionan directamente los intereses de las personas por lo que se hace cierto lo que se predica de ellos: son la administración más cercana. Resuelven con voluntad, imaginación y criterio los conflictos que se le presentan. Si a esto añadimos que los recursos que manejan son ínfimos y que a su escasez acompañan una presencia pública permanente de los representantes que los dirigen en ámbitos relativamente pequeños, la labor de los gobiernos locales, con independencia de su color, alcanza cotas heroicas.
He conocido, y conozco, muchas personas que han dedicado lo mejor de su tiempo a la actividad pública en los ayuntamientos. Los veo luchar y trabajar para conseguir fondos, inversiones, infraestructuras e intentar mejorar la condición de vida de sus vecinos. He podido admirar la labor de los que sin tener posibilidades reales de hacerlo han transformado sus municipios, particularmente en Andalucía, haciendo de sitios sin alma espacios con vida. Sospecho que sin aquel afán hoy no nos sería posible disfrutar de lo que tenemos, aun con sus carencias. Al principio de la democracia que vivimos, un puñado de mujeres y hombres con la ambición del progreso de los pueblos asumieron la responsabilidad de dirigir la cosa pública de las cosas que importan. Supieron entender que en un municipio todo lo que ocurre es de tu incumbencia aunque no sea de tu competencia. Hicieron, desde todas las posiciones políticas, bandera de democracia.
El gobierno local, que no es sólo administración, sino verdadero centro de poder – que sirve para cambiar a mejor las cosas – debe aprender de aquella etapa. Por no tener, no tenían ni tiempo para quejarse y lograron que sus ayuntamientos fueran las casas de la ciudadanía. Podrán fallar los recursos, pero nunca podrá equivocarse el método: el único camino es profundizar en el espacio democrático de la participación.

sábado, 3 de noviembre de 2007

11-M, después de la sentencia



El pasado miércoles se ha leído la sentencia. Intentaré poner un enlace que permita leer su texto también aquí. Lo que hago en el artículo es señalar la escandalosa desvergüenza de la mentira y ya no hablaré más del 11-M. Dejénlos descansar.

Interior del momumento en recuerdo a las víctimas del 11 M





Consulta la sentencia en http://www.asociacion11m.org/




ONCE MENTIRAS



Este país no castigó a un gobierno en 2004 por hacerlo responsable del mayor atentado terrorista en Europa. Ni sufrió sólo porque las víctimas no pudieran saber quién había sido su asesino. Ni se convulsionó porque tres días después fuera a votar un nuevo Congreso y un nuevo ejecutivo. Este país fue engañado. Y en ese engaño, los que mintieron se enrocan en la mentira.
Se ha leído la sentencia. Un resumen de un documento extenso que puede consultarse íntegramente en las páginas de Internet de los principales medios de comunicación del país. Ya es bastante la agitación interesada de esta cuestión dolorosa: ciento noventa y una personas fueron asesinadas en los trenes de Madrid y mil ochocientas, heridas. Aparte quedaron sus familias y amigos en una estela de sufrimiento interminable. La duración del dolor es tan larga que sus sombras permanecerán siempre. Como muchos españoles, siento repulsión por la trifulca de la autoría de la matanza para situarlas en la órbita de su interés. Es una perversión del acontecimiento que multiplica la infamia del atentado. Los jueces, cuyo trabajo resulta apabullante, han definido la grandeza del Estado de Derecho, sin dejarse vencer por el insoportable ruido de fondo que las familias de las víctimas han soportado con una dignidad ejemplar.
No fue ETA. No se manipuló ninguna prueba. Las Fuerzas de Seguridad del Estado no actuaron con intereses bastardos. Quienes no pensaban que fuera ETA no eran unos miserables. La policía no fabricó pruebas falsas para favorecer la investigación sobre el terrorismo islamista. La investigación sobre la tarjeta del teléfono que habría sido un detonador no podía invalidarse y se hizo bajo control judicial directo. No se rompió la cadena de custodia con las pruebas esenciales del caso: la mochila y la furgoneta. Las tesis que recogen la teoría de la conspiración no están fundadas, son simples “especulaciones, insinuaciones, elucubraciones o hipótesis basadas en hechos negativos”. La sentencia no ofrece espacio a la duda, los conceptos de yihad o terrorismo islámico trufan por entero su texto. Las dificultades procesales para condenar como autores intelectuales a los acusados no envilecen la realidad ni abren vías para la participación de otros grupos terroristas. Los cálculos electorales no han desvirtuado los hechos.
Estoy convencido de que algunos no dejarán en paz a los muertos ni a los vivos. Algunos medios servirán medias verdades y mentiras enteras, otra vez. Ciento noventa y una razones que lo impedirían no serán suficientes.

sábado, 27 de octubre de 2007

28 de octubre de 1982, 25 años de la victoria de Felipe

Felipe. 25 años. Sin palabras.
FELIPE
Mañana hará veinticinco años del cambio. Una de las cosas que siempre me han llamado la atención es la capacidad de los grandes líderes para transformar la realidad en que la gente vive. Otra es que cuando el caudal del cariño, de simpatía, de afectos y de carisma es tan enorme se disparan las emociones y las personas deciden libremente identificarse tanto con alguien que lo llaman por su nombre: Felipe.
1982-1996, catorce años de gobierno de Felipe. Catorce años con sus luces y sus sombras. Pero seamos honestos: con muchas más luces que sombras. Como en la vida misma, las personas jalonan su trayectoria con éxitos y fracasos, con esfuerzos y dejaciones, con aciertos y errores. Lo que cuenta es el balance final. Felipe se encontró un país antiguo y lo llevó a la modernidad; Felipe se encontró una España socialmente fracturada y extendió la clase media, achicando los extremos; Felipe comenzó a gobernar fuera de Europa e introdujo al país en el mundo; Felipe universalizó la sanidad, la educación pública y generó el actual sistema de seguridad social. Felipe hizo el cambio.
Yo era muy pequeño en 1982 y hasta 1993 no pude votar por la continuidad de ese cambio. Fueron tiempos duros aquéllos. La presión a que fueron sometidos los gobiernos socialistas fue tremenda. La derecha económica, social y política del país, con cierta parte de la izquierda, practicó una presión motivada estratégicamente en los casos de corrupción pero que realmente tuvo su fundamento en el hastío que le provocaban sus derrotas electorales sucesivas. Multiplicaron su actividad entre 1993 y 1996 y Felipe perdió. Terminó un ciclo político impresionante de un liderazgo excepcional.
Lógicamente, todo lo que expreso aquí es mi opinión. Como es mía, no tiene por qué ser comedida ni sujetarse a la moda de darle caña a ese trozo de la historia de España que tuvo a Felipe González como presidente. La primera vez que el Partido Socialista gobernó España en su historia fue un logro colectivo de más de diez millones de votos ilusionados, que repitieron en 1986, 1989 y 1993 aunque con distintas intensidades. Nuestro país es hoy distinto al de 1982 y mucha responsabilidad en esa transformación la tienen los gobiernos de Felipe.
Escuché una vez a Felipe decir que el liderazgo político se sustentaba en la capacidad de anticipar el futuro. Mañana recordaré que el pasado reciente de España hacia un futuro en que pocos creían lo puso en marcha Felipe. Por consiguiente, celebraré admirar al Presidente González.

sábado, 20 de octubre de 2007

MEMORIA HISTÓRICA Y JUSTICIA



El Congreso ha aprobado la Ley de Memoria Histórica. Los que no quieren que recordemos la tachan de revanchista, inoportuna e inútil. Recordar es un buen ejercicio porque nos mantiene vivos. La ley de Memoria es una responsabilidad del Estado, del país, con su gente - con toda su gente. Esperanza Aguirre ha llegado a decir que el gobierno quiere imponer la memoria y ésta es siempre privada y personal. A nadie se le escapa que es un juego de palabras viciado: es el recuerdo institucional el que el Gobierno no puede dejar en el olvido. Por cierto, la vergüenza también es personal y los representantes públicos, como Aguirre, no deberían perderla.

DE LA MEMORIA NECESARIA
El dieciocho de julio de 1936 hubo un golpe de Estado en España. Provocó una guerra civil y acabó con la II República, estableciendo una dictadura que se mantuvo hasta 1975 y dio sus últimas bocanadas hasta 1978, cuando la Constitución obtuvo el respaldo del pueblo español. Hasta entonces, un régimen ultranacionalista, ultracatólico y ultrajante gobernó el país dirigido por uno de los dictadores más longevos en la perversión de su tiranía que ha conocido el siglo XX.
La transición española concitó un pacto de silencio en las fuerzas de izquierda donde muchas personas observaron atónitas cómo gerifaltes del régimen dictatorial pilotaban con ellas el proceso a la democracia. Gentes de todo pelaje se apuntaron al pedigrí democrático con el consentimiento dolorido de la oposición al régimen desde el bando de las libertades porque la ventaja de la mayoría para alcanzar un país libre cobró más importancia que denunciar la irónica participación en la construcción de la democracia de quienes hasta ese momento habían sido actores o cómplices de la continuidad perniciosa del régimen del dictador.
La sociedad española se había acostumbrado a hablar de los muertos rojos en voz muy baja mientras el azul del bando franquista vestía de honores a los alféreces provisionales, antiguos combatientes (del bando sublevado), y a los prohombres del régimen del hambre, la oscuridad y el rancio tufillo del incienso en honor del general rebelde en las calles, en las plazas, las iglesias y la vida cotidiana. Los muertos de unos eran caídos por Dios y por España; los muertos de los demás se cayeron de la memoria de España. Al comienzo de la democracia supongo que ver sentados de nuevo en las Cortes democráticas a muchos de los que, en otro contexto, mancillarían el honor de esas sedes legítimas abrió la veda a la persistencia del miedo y España alcanzó su victoria en el tiempo de la esperanza que comenzó a despuntar. Hubo quienes desde 1939 fueron honrados y vitoreados, incluso a la fuerza, y hay quienes hasta hoy no han sido tratados con dignidad por el recuerdo de un país.

La ley para la Memoria no pretende abrir heridas, busca poder cerrarlas. No les quitará nada de lo usurpado a quienes deshonraron el nombre de mi país con una dictadura cruel, pero que nos señale de dónde venimos es un acto de justicia formal reparadora que dignifica nuestra convivencia. Hay que mirar al futuro sin duda, los descendientes de los muertos represaliados por la dictadura lo llevan haciendo desde el comienzo de la democracia, pero tienen derecho a recordar con orgullo que sus mayores también miraron de frente al futuro. Y por eso murieron.

sábado, 13 de octubre de 2007

EL LUTO DE LA SANGRE

EL LUTO DE LA SANGRE
Nuestra ciudad mujer se ha hundido otra vez en la sangre de una víctima más de la violencia criminal machista. No he querido indagar en la historia ni voy a usar ningún detalle de la misma para pudrir estas líneas de palabras truculentas. Quiero decir lo que pienso en directo, sin más intermediario que el papel donde se junten las letras para expresar la indignación de un hombre, hijo de una mujer, hermano de dos mujeres, compañero de una mujer, padre de dos mujeres.
Estoy seguro de que no es difícil truncar una vida. Incluso antes de matar a alguien puede acabarse con ella. La violencia ofrece tantas caras que no es complicado ponerle una. Las faltas de respeto, las humillaciones en el trato, la desconsideración constante, el insulto permanente, la presión continua, la opresión oculta…el puñetazo en la mesa, el empujón furtivo, la bofetada a tiempo, la paliza descarnada, otra paliza, más palizas…los buenos propósitos, el perdón, la reconciliación…el asesinato…la muerte.
La elección es de las mujeres. Los asesinos cobardes que las matan no son actores en ese mecanismo de opción. Ellos tienen que ser la causa de tomar la correcta: terminar antes de que te terminen, denunciar, pedir protección, exigir protección. Normalmente, supongo, nadie mata de primeras. No se despiertan un día y asesinan desde la sorpresa de ser bellísimas personas. Antes maltratan, agreden, insultan: es un proceso violento de intensidad proporcional; menos al principio, mucho más al final, hasta el límite que pone fin absoluto a la violencia con la violencia absoluta. Hay que parar al principio, no dejar que llegue lo que nunca puede llegar. Pero que no se confunda nadie, no hago responsables a las mujeres que viven ese infierno si no lo hacen. Los máximos responsables son los llamados hombres que matan a las mujeres que creen suyas. Ellas tienen demasiado peso con soportarlos, aunque el mensaje es claro por repetido, siempre pocas veces: denuncia, exige protección.
¿Y el resto? ¿No lo vemos? Vivimos con ellas y con ellos, somos su familia, sus amigos, sus vecinos, sus conocidos y – en ocasiones – lo sabemos. Y muchas veces callamos. Llamo a la responsabilidad, a la actuación digna: si conocemos situaciones de violencia, si sabemos que cerca hay una mujer que sufre en nuestro entorno, no podemos pasar de largo. Hay que denunciar, en voz alta y clara, señalar al agresor, impedir que no haya remedio. No son cosas de su mundo, son cosas de nuestro mundo. La elección es de las mujeres porque ellas lo sufren. El resto no tenemos elección. No podemos ser cómplices. No basta con sentir el luto, hay que parar la sangre.

lunes, 8 de octubre de 2007

LOS OJOS CERRADOS

LOS OJOS CERRADOS
He defendido desde hace tiempo, con más o menos éxito, una visión laica de la educación en nuestro país. He sostenido que, desde mi punto de vista, es preferible una separación rígida de las esferas moral y educativa ya que la primera reside en el ámbito privado y la segunda es una responsabilidad colectiva, seguramente la más importante porque invertimos en el futuro de nuestro capital humano. Por eso la resolución que permite el uso del hiyab en la escuela no me parece una buena noticia.
La religión y sus elementos formales, sea cual sea la fe que se profese, merece todo mi respeto pero es más, aunque por cualquier causa incluso visceral no lo mereciera, no tendría más remedio que respetar la voluntad de quienes tienen una fe y la siguen y reconocer su derecho a expresar su creencia sin ser molestados. Hasta ahí todo bien. Pero ahora llegamos a la escuela de todos: ese mundo debe ser neutro, desprovisto de tensiones religiosas y de formalidades externas que las coloquen en una fe concreta.
El Islam enseña entre otras cosas que la mujer debe cubrirse para evitar ser mirada. El amable hiyab, cuya autorización actual es vista parcialmente como un mecanismo de integración y de tolerancia favorable –que podría ser -, es hermano del desagradable burka y ambos son hijos de esa concepción moral concreta que sitúa a la mujer un escalón por debajo del hombre. Nuestra escuela pública, que se esfuerza en realizar planes de igualdad y educar en valores, no encuentra un aliado útil en la autorización de esta costumbre, del mismo modo que no lo hallaría en la autorización de elementos católicos, cristianos, judíos o de otra religión que pudieran tener un fundamento moral que chocara con un principio constitucional, y en todas existen. Si creemos en una escuela laica, debemos defender la laicidad frente a todos los prismas posibles del hecho religioso.
La fe es un valor moral privado con una dimensión pública. La escuela no es una parroquia, ni una sinagoga, ni una mezquita. Si soy invitado a una celebración religiosa respeto las normas que rigen esa comunidad, con independencia de mi participación como fiel con los ojos cerrados llegado el caso. La escuela que defiendo – de calidad, pública y laica – tiene unas normas y transmite unos valores que deben ser respetados también con los ojos cerrados llegado el caso. La deseable neutralidad religiosa debemos predicarla de todas las confesiones. No nos vendría mal abrir los ojos para decidir bien sin los titubeos del parpadeo.

sábado, 29 de septiembre de 2007

LA BANDERA DEL PATRIOTA


La pelea de los símbolos comienza a desesperar. Banderas, fotos de los reyes, críticas abiertas al sistema...Hay que pedir respeto a todos por los símbolos aunque nos resulten ajenos pero también es importante pedir calma. Lo trascendente es lo que los símbolos encierran y preservan. El resto importa pero menos.

"La libertad guiando al pueblo"
Delacroix


LA BANDERA DEL PATRIOTA


Es verdad que tenemos una ley reguladora del uso de las banderas que determina que la española – me refiero a la bandera bicolor de franjas rojas y amarillas – debe ondear en lugar preferente de las instituciones. Es también cierto que la ley viene de 1981 y que la polémica creada ahora no es casual. Busca retratar patriotas: si pones la bandera, eres español; si no la pones, eres anti-español. El maniqueísmo eterno del simplismo político: blanco o negro, sin grises.
Sé que soy un patriota. Esta afirmación no admite discusión porque pertenece a mi esfera sentimental y en ésa sólo mando yo. Que esto se dude es algo que se me antoja del todo irrelevante: no afirmo mi patriotismo por la consideración que como tal tengan los demás de mí. Sentado este punto, me resulta totalmente ridículo cifrar el volumen y la intensidad patriótica en que un trozo más o menos bello de tela ondee en algún lugar. Según yo entiendo, esa discusión es más patriotera que patriótica.
Prefiero sin duda una patria que no moleste, que sea útil. La patria común del ser humano es la libertad. La nuestra concreta es una porción de tierra donde esa libertad se manifiesta en unos valores que nos identifican como algo más que meros patriotas: somos ciudadanas, ciudadanos, sujetos de derechos, responsables de deberes. En ese patriotismo cívico me encuentran y en la bandera, de cualquier color y forma, que idealmente los recoja. Que esa bandera ondee en la conducta de mis compatriotas es lo que emociona al ciudadano que vive conmigo. Lo demás es pura anécdota. No abogo porque se tolere que la ley se incumpla pero sí porque se asuma con tranquilidad que defender el patriotismo, el de los valores, el que no se enseña, no supone imponer criterios básicamente estéticos o simbólicos sino luchar por convencer a la mayor parte de la ciudadanía de la buena práctica de los valores que los símbolos pretenden contener. Imponer sin convencer es restarle al símbolo su valor verdadero.
Este país tan complejo, siempre invertebrado, que diría Ortega, no es difícil de querer pero cuesta algo más amar lo que representa en la disputa con quienes reclaman para sí la esencia de su cariño. Resulta complicado defender este sistema de valores frente a quienes, aunque no lo digan abiertamente, no lo quieren y soportar que su arma sea tu bandera. Para ellos encierra otro sentimiento. El mío habita en mi bandera y, en el fondo de mi corazón, en la frontera añil de la patria del mes de abril.

sábado, 22 de septiembre de 2007

Iom Kippur en Ramadán

IOM KIPPUR EN RAMADÁN

Los judíos del mundo celebran hoy el Día del Perdón. Los musulmanes viven en pleno Ramadán en el noveno mes de su calendario. Iom Kippur es un día de purificación, de estrategia de caridad y comprensión para con el prójimo. El Ramadán, uno de los cinco pilares del Islam, es un mes de ayuno y lucha para mejorar, también de purificación, perdón y comprensión del que tenemos cerca. Algo no han debido explicarles sobre estas celebraciones a parte de unos y otros.
Los calendarios judío y musulmán tienen en común la condición de estar regidos por el ciclo lunar, a diferencia del común cuyo ciclo es solar. Por esa razón las festividades de raíz religiosa de una y otra confesión no se corresponden siempre con las mismas fechas del calendario convencional. Así que, de vez en cuando, estas dos culturas enfrentadas desde el pasado siglo XX coinciden, como hoy, en momentos cumbres de sus tradiciones.
El Estado de Israel ha declarado territorio enemigo hace pocos días la franja de Gaza. El médico asesino de Al-Qaeda recordó, más o menos al tiempo, la urgencia de la liberación del Magreb de franceses y españoles. Inclementes unos, asesinos iluminados otros, nunca sufren las consecuencias de sus decisiones: hacen padecer a otros por sus delirios. No hay superioridad moral de ninguna estrategia política en ninguno de estos polos; se confunden quienes piensan que este conflicto tiene algo que ver con Dios. Pero tampoco hay equidistancia, al menos según yo lo entiendo. El estado de Israel, que es un régimen democrático, tiene un mayor nivel de exigencia ética que respetar. A lo terroristas no se les puede exigir nada más allá de la irremisible urgencia de su desaparición. Gaza es Palestina, pero también Israel políticamente. De hecho, el régimen de derechos humanos instaurado en la Autoridad Nacional Palestina, el status de práctica independencia que tiene en la actualidad, es una apuesta política que patrocina Israel al que Hamás bombardea. No me mantengo equidistante: Israel es el agredido, aunque también agreda; por eso justo es más responsable en la resolución del problema. Tiene la obligación de buscar la paz con el dolor de sus muertos.
Es trascendental reclamar cordura a los únicos que pueden tenerla de uno y otro lado: quienes sobreviven a pesar de quienes los dirigen. Esta noche Mohamed y Jamila romperán el ayuno de Ramadán al tiempo que Mordejai y Esther lo harán con el de Iom Kippur. Ojalá en ese punto comiencen a encontrarse los justos.

domingo, 16 de septiembre de 2007

Ya hemos ganado...


Esta gente fantástica, preparada y humilde, campeones del mundo, finalistas hoy del Eurobasket, luchadores tremendos, galvanizadores de la ilusión colectiva ya ha ganado.

Han ganado el afecto de la afición, han ganado el protagonismo en las conversaciones, han ganado el respeto de los amantes del deporte, han ganado el partido del ejemplo, han ganado el interés del público, han ganado un hueco en la historia...

El deporte, que es también negocio, abre de vez en cuando imágenes soberbias de equipos y de triunfos y no estamos acostumbrados en gestas colectivas a gozar del favor de los dioses del Olimpo. La selección española de baloncesto nos ha devuelto el gusto por lo bueno.

Yo era pequeño pero aún recuerdo aquella plata en Los Ángeles 84, el partido anterior contra Yugoslavia, con Drazen Petrovic, el de antes, con Canadá... Un camino donde el baloncesto español ha ido reforzándose en un camino ascendente, con pocos valles, hasta lllegar al oro de Japón.

Algún día perderemos. Puede ser hoy. Pero antes de que celebremos el triunfo, otro oro, yo ya lo digo: ya hemos ganado. En el campeonato del cariño de la gente, estos chicos están en lo alto del cajón.

Y, ahora, ! a por ellos! !Ñba, campeona!

sábado, 15 de septiembre de 2007

EDUCACIÓN PARA LA CIUDADANÍA

Educación. Ciudadanía. Juntas modifican la conducta de quienes no quieren que los derechos de todos sean el referente formativo general. Es lo de siempre: consolidar democracia molesta.
Curiosamente quienes no quieren EpC, sí quieren religión a espuertas en la escuela pública, sin preocuparse de que -en realidad- es prácticamente imposible no elegirla. No pretendo herir a nadie, ni ofender ningún sentimiento religioso o moral de esfera privada, pero es que ese ámbito ( el privado) sí es para la casa y el civismo medio desarrollarse en la clase.
El artículo original era un pelín más largo. Si el tema da para comentarios, utilizaré esas partes que no he publicado.
CIUDADANÍA EDUCADA, CIUDADANÍA CABAL

Nuestro sistema educativo, en este curso que comienza en unos días, ha previsto una asignatura que está removiendo a los sectores que menos han apoyado secularmente las grandes transformaciones sociales que impulsan el tejido social del país. La Educación para la Ciudadanía ha despertado más recelos por su implantación que el fracaso escolar, la pérdida de nivel formativo, las carencias de nuestro profesorado o el deterioro forzado por esos mismos sectores, agoreros del desastre, de la imagen de la escuela pública.
Si detectamos un problema, haremos bien en intentar ponerle solución. Parte de nuestra gente joven tiene serias fisuras en el respeto de los derechos de los demás y en el conocimiento de sus propias obligaciones. Nuestro país y nuestra sociedad se han transformado. La escuela pública se ha desenvuelto en ese clima de cambio permanente dando respuestas transversales no regladas a las mutaciones. La sociedad civil ha respondido a los escenarios nuevos con una base ideológica diversa pero con un punto de unión en los valores y derechos constitucionales. La aspiración cívica que subyace en ese planteamiento es que la persona disfrute todos esos derechos y asuma sus deberes porque los aprecie desde el conocimiento. Educación para la Ciudadanía no pretende otra cosa que contribuir a la construcción de ese perfil ideal ciudadano: conocer los derechos fundamentales recogidos en la Constitución, empaparse de los valores que informan nuestra sociedad democrática, incorporar su ejercicio a nuestra vida cotidiana, con respeto a los derechos de los demás y a la existencia de la diferencia, desde la responsabilidad de nuestros deberes.
La nueva asignatura supondrá un elemento estándar para la escuela. Tras su implantación, al evaluar sus efectos sin miras a corto plazo, podrá contrastarse si los valores comunes que compartimos y su adecuación a los tiempos van impregnando la formación de las nuevas generaciones. Entonces podrá criticarse con sentido la inactividad de los gobiernos (de cualquiera, no sólo de éste) frente a los problemas de convivencia generados por falta de civismo.
Surge la mezquindad en estos debates. Sorprende, aunque reconozco que ya muy poco, cómo sustentan la maldad pretendida de esta materia. Los guardianes de las esencias morales nos advierten: el gobierno (no cualquiera, sino éste) aprovechará la materia para formar electores, no ciudadanos. ¡Acabáramos! Me imagino a la Ministra de Educación remitiendo cartas de instrucciones para dictar las clases al pobre alumnado, poco antes de ser devorada por las llamas del Infierno. No teman, entren en clase: la asignatura dirá a los alumnos que sean ciudadanas y ciudadanos cabales para que vayan y den fruto, y su fruto permanezca (con este gobierno y con cualquiera).

sábado, 8 de septiembre de 2007

OTRA VEZ SEPTIEMBRE, LA VUELTA...

Este blog terminó sus vacaciones. En realidad he querido respetar la semana de kit kat que se ha dado el periódico con la columna que reproduzco aquí ahora. Este tema relajadito permite una recolocación pausada pero amenazo más. En fin, saludos de nuevo y... nos leemos.
Por cierto, gracias por los comentarios sobre la musiquilla cani que me tiene fascinado. La Cadena 40 de Málaga tiene unos creativos de primera en ese programa Tooooooooo guapoooooooooo.
¡FELIZ AÑO NUEVO!

Hay momentos para todo. Las temperaturas de los tiempos que vivimos no tienen por qué mantenerse constantes, como si estuviéramos siempre en las Islas Afortunadas de una existencia contemplativa. Así que, acabadas las calendas del dolce far niente, nos esperan los balbuceos incipientes del bebé septembrino. Reconozco que cuesta acoplarse a ritmos viejos que debemos renovar para motivarnos, rearmándonos para las batallas que nos aguardan con las siete filas de dientes que adornan a los tiburones de nuestro particular mediterráneo. Pero seamos sinceros también: en el fondo, lo echábamos un poquito de menos.

Vamos a vivir la oportunidad de las recuperaciones, el vértigo de las nuevas incorporaciones a la vida profesional, el bombardeo de los buenos propósitos, la toma de los gimnasios y la gula de las dietas. Vamos a reengancharnos a lo cotidiano mientras perdemos el bronce paulatinamente. Quedarán manchitas en la piel y en menos de tres semanas, cuatro a lo sumo, el esfuerzo grato de invertir en moreno habrá dado paso al otoñal blanco bombilla que nos acompañará hasta mucho después del turrón. Los años, en verdad, comienzan dos veces. Uno dura siete meses, desde enero hasta julio. El otro, empieza en septiembre. Agosto se queda en los huecos de la memoria relajada.

Confesaré algo íntimo. Antes burlaba estos parones convenidos hurtando mi presencia a quienes me esperaban justo para esta temporada, dejándome secuestrar para unas vacaciones furtivas fuera del circuito comercial que impone Agosto Super Star. Ahora ya no puedo, el calendario se cobró su víctima conmigo hará cinco o seis años. Siempre he creído que nadie se molestaba realmente porque no estuviera y yo sí que apreciaba no estar. Eran otras ocupaciones y otras responsabilidades. Era otro yo.
Este yo actual, al fin y al cabo, está de vuelta. Con las ganas intactas y la mente abierta. Y es que, casi sin darnos cuenta, pronto será Fin de Año otra vez. ¡Qué cortos los días! Bienvenidos, bienhallados, a la fiesta.

viernes, 10 de agosto de 2007

¡DESPEGAMOS!



Este espacio que compartimos cambió ocasionalmente de día y de formato. Será que las vacaciones hacen su agosto y se nos han echado encima. Ahora, que ya estamos que no estamos, pienso dejarme cautivar mirando al mar por la dulzura de no escuchar más que el silencio cuando la noche caiga, acompañado de cuanto contribuya a potenciarlo, en cualquier terraza atlántica abierta de par en par a la brisa del océano. Ya llegará septiembre y nos volverá a colocar en nuestro sitio habitual, en los parajes cercanos de los que seguiremos disfrutando, renovadas las fuerzas, aunque sea de otro modo. Ya pondremos entonces el reloj interno al revés y contaremos los días que faltan hasta que volvamos a oler cómo el aroma de la sal impregna el aire que respiramos, ése que sale de la espuma de las crestas de las olas y se alimenta, tierra adentro, en el mar de nuestros recuerdos. Tanto tiempo deseando alcanzar un descanso en el ritmo habitual que ahora nos da vértigo. Cuando vuelvan esos tiempos, que son los tiempos normales, si nos dejan, seguiremos leyendo juntos las cosas que nos pasan. De forma que, sin despedidas temporales pero con citas pendientes para dentro de unas semanas, vamos al tajo.

¡DESPEGAMOS!



Recuerdo la primera vez que viajé en avión. Supuso para mí una mezcla de nerviosismo e ilusión. Sentí la fuerza del aparato intensamente. Noté en la barriga un pellizco que duró lo que el despegue y vi, estaba sentado en ventanilla, cómo el avión iba dejando el suelo de la pista y las instalaciones del aeropuerto empezaban a moverse en una diagonal cada vez más aguda. Fue una primera experiencia positiva. Durante el vuelo parecía que hubiese estado viajando por el aire desde siempre porque no tuve miedo alguno. A los pocos minutos estaba acostumbrado a esa nueva situación.

La ciudad en que vivimos ha hecho una apuesta por conseguir que estas sensaciones puedan experimentarse pronto desde aquí. El asunto del aeropuerto de Córdoba se ha desbloqueado y la instalación actual se ampliará para tener vuelos comerciales. En alguna ocasión anterior he sostenido que Córdoba podía y debía ser competitiva pero también que ese objetivo no podía perderse por bajar los brazos, por no luchar. Pensaba entonces, y pienso ahora, que las ciudades que aspiran a ser competitivas, a ofrecer un marco atractivo para las gentes que la habitan, debían contar – entre otras cosas – con una buena conectividad interior (solucionar los problemas del tráfico) y una mejor conectividad exterior (porque las universaliza). Un aeropuerto útil y viable, no virtual como el que sufrimos, es fundamental, una aspiración legítima y necesaria. Una ciudad con aeropuerto en 2007, y más en 2016, es una ciudad que puede despegar; una ilusión colectiva que, con una buena proyección, coloca su valor en un mundo más pequeño en los tiempos y donde las opciones se multiplican. Si a nuestra situación geográfica, y a las ventajas comparativas de las conexiones terrestres que disfrutamos por carretera y ferrocarril, conseguimos añadir la posibilidad cierta del transporte aéreo circularemos a corto plazo a mayor velocidad.

La casualidad no existe de forma que el desbloqueo actual tiene una causalidad. La competitividad no emerge. Es fruto de un proceso y lleva tiempo desarrollarlo e implementarlo. Requiere visión y liderazgo, y la fijación de un modelo: responder a las preguntas dónde queremos ir para mejorar, qué tenemos que hacer. Y deben responderse bien. La verdad es que si queremos recibir las respuestas correctas, tendremos que plantear las preguntas adecuadas donde corresponda, en la administración estatal, autonómica o de otro tipo. Teníamos un problema, que comienza a resolverse, de interlocución, de confianza y de ambición. Nos quedábamos en la queja hueca de sentirnos inaudibles y no avanzábamos más allá: el traje de víctima les quedaba muy cómodo a algunos. No puede negarse que se palpa que hemos sumado como ciudad esos tres factores: interlocución, confianza y ambición.

Se percibe un nuevo impulso que está haciendo despertar a Córdoba de un letargo insultante. Y junto al animal que se despereza, lentamente pero se despereza, el fatalismo que vive en las grietas de una ciudad acostumbrada a conservar para no molestar amenaza que lo consigamos. Las parcelaciones ilegales deberán tener una solución justa pero no puede confundirse la justicia con la obligación de salvar posiciones individuales ventajosas que se consiguieron de espaldas a todos, aunque permitidas por unos pocos.

La oportunidad de volar alto no puede parcelarse en tierra porque el coste de mantener este presente, mucho tiempo consentido, es perder el billete del futuro. Esta vez no puede ser. Esta vez tenemos que despegar.

sábado, 28 de julio de 2007

EL MUNDO SE DOPA

Recuerdo que en verano, cuando se acercaban las vacaciones de casi todo el mundo, las noticias que aprecían en prensa eran más fresquitas. Pero este calor debe estar generando altas temperaturas en algunos dirigentes mundiales. El dopaje es una actividad ilegal en el deporte porque inicialmente fortalece a quien se lo aplica pero a la larga perjudica seriamente la salud de los atletas, y de los no tan atletas, que pueden llegar a ser completamente idiotas. La columna semanal en Diario Córdoba de esta semana recoge el doping mundial, y local, pero espera con ilusión que las antiguas carreras vuelvan a ilusionarnos.


El mundo se dopa


Estamos sobresaltados por los acontecimientos del Tour. La gran carrera se ceba con el heroísmo épico de años pasados, cuando el país entero vibraba con Perico y luego con el muchachote navarro del corazón más lento del globo terráqueo. Eran los tiempos sin ayudas, de las escaladas explosivas, de los demarrajes emocionados, de las carreras contra el tiempo a pedaladas brillantes. Y el dopaje llegó para volvernos locos. En la carrera del mundo se queman también etapas dopadas.

Raúl Castro anuncia una continuidad de las cenizas del régimen de su hermano para sostener sin transición política una revolución que, dice ahora, experimentará cambios económicos y tiende una rama de olivo a los Estados Unidos para lograrlo. El presidente norteamericano se empeña mientras tanto en preocuparse de la vestimenta formal de sus equipos en la Casa Blanca. Sarkozy, figura nueva del panorama internacional, pacta la construcción de una central nuclear con Gadafi en Libia. Hugo Chávez da una nueva vuelta histriónica a su ruleta bolivariana en Venezuela. Israel entrega armas a parte de Palestina para que luchen mejor con la otra parte. Los ideólogos del martirio islámico realizan y anuncian más acciones terroristas en Afganistán e Iraq en el camino falso de la guerra santa que debe tener a Dios contrariado. Historias de espías sacuden nuestras relaciones con Rusia, que se enfada con Gran Bretaña por otras historias de espías. Y, en casa, un juez de Murcia monta un follón tremendo e injusto con varias resoluciones que sitúan su particular consideración moral a la altura de los derechos ciudadanos consagrados por la ley. Cualquiera de estas cosas podría ser portada de El Jueves, siempre que no la secuestren.

Todo eso en una semanita de siete días. Y habrá más temas, seguro. Que cada quien ponga los suyos. Yo me quedo con la épica antigua que subía las montañas con fortaleza y pedaleaba con ganas hacia unas metas esperadas por todos. Me quedo con las imágenes de una carrera estructurada que tenía un comienzo y un fin, donde la gente sabía a qué atenerse y cómo hacer las cosas. Prefiero las pájaras que venían provocadas por el esfuerzo constante. Me quiero situar lejos de estos ciclistas dopados que nos llevan en bici por cumbres planas y cronos trucadas.

Este mundo dopado alberga gentes de casta que pelean en carreteras trabajadas por direcciones sólidas. Hace falta decirlo y reivindicar su valor porque lo que queda es el triunfo de los grandes corredores que llevan al público a seguir sus gestas. Los ciclistas dopados de la vida, al final, son sólo una mala anécdota. Por suerte.

lunes, 23 de julio de 2007

EL JUEZ POLACO...EL REGRESO

Hace unos días colgué en el blog una entrada sobre este sujeto que ahora vuelve a sorprendernos con un nuevo auto incomprensible. Para cuándo un intervalo lúcido del Consejo General del Poder Judicial que no ampare estas conductas que tanto daño hace.

Un juez otorga la custodia de dos niñas al padre porque la madre es lesbiana ( Diario Córdoba - 23/07/2007 )

Esto es una absoluta barbaridad. Este juez no puede "entender" la ley. Tiene que aplicarla. Dictar disposiciones injustas a sabiendas de que lo son tiene un nombre en el derecho: prevaricación. Al contrario de lo que él parece hacer, sostendré en su favor la presunción de inocencia en cuanto a su actuación jurídica pero afirmo, sin presunciones, que este presunto juez es radicalmente injusto. En Polonia aún le esperan.

domingo, 22 de julio de 2007

¿Y SI FUERA JUEVES?


Sorpresa y desaliento. La libertad de expresión amenazada de una forma gratuita y estúpida por el secuestro de una publicación satírica, que no he seguido nunca pero que conozco de oidas y por haberla visto ocasionalmente en los quioscos o en manos de algunos amigos. La viñeta es de la página web laRepublica.es. La firma J. Kalvellido.

Una portada propia de "El jueves", gráfica e hiriente, histriónica y rocambolesca provoca una reacción judicial que sostiene el secuestro de la publicación como medida menos gravosa...¡ Y tanto! La revista jamás podría haber pagado una publicidad tan efectiva. Quienes no la conocíamos ya la conocemos. El problema es que los agredidos forman parte de la Familia Real.


No estoy de acuerdo con que se ofenda a nadie. Ni a esta Familia Real ni a ninguna otra familia real. Pero en el país del tomate y la salsa rosa, de la dolce vita a tu lado, esto resulta grotesco.

El pasado 18 de julio una pandilla de energúmenos que celebraba el aniversario del golpe de estado de Franco, para quebrar la República Española, espetó al Rey: ¡ Pasaremos!. Nada se ha hecho frente a ellos. Al fin y al cabo, sólo amenazaban al Jefe del Estado y al sistema democrático que disfrutamos.

Este país nuestro tiene estas cosas que son de portada de "El jueves". No me gusta la viñeta de Felipe de Borbón y su esposa por soez y grosera. Pero me parece más soez y grosera la reacción judicial. Me temo que la familia real de un Presidente de la República no habría procurado esta actuación esperpéntica.


sábado, 21 de julio de 2007

MUJER BLANCA CASADA ENCUENTRA

Como en aquella película de título antónimo, aunque no muy parecido en su argumento, intento trazar las huellas de una pelea frecuente en nuestros días. Ahora que vivimos datos positivos de creación de empleo, cuando se incorporan al mercado laboral muchas personas o mejoran su posición en ese ámbito, cuando los datos macroecónomicos son, según los analistas, brillantes, corremos el riesgo de no plantear batalla en los pequeños asuntos, la microeconomía que hace reales las grandes magnitudes. Lo que expongo aquí es uno de esos frentes: la incorporación y, sobre todo, la permanencia de la mujer en el mercado laboral en términos de estricta igualdad con sus compañeros varones. Propongo un juego: pensemos en nuestra posición laboral, la que disfrutamos actualmente, y después imaginemos que tenemos otro sexo. Si descubrimos que nuestra posición cambiaría, habrá un camino por andar.


Mujer blanca casada encuentra

La historia que propongo es cotidiana. M es una mujer capaz, con una experiencia laboral prolongada, que cometió un grave error privado: casarse y, después, ser madre. El mercado laboral entendió que era menos competitiva. Pero nadie se preocupó de su competencia. Ya no importaba que fuera competente y se quedó fuera. Luego se acostumbró a la nueva situación y aprendió a disfrutarla con intensidad, considerando que sería un paréntesis en su carrera profesional. Lo empleó con gusto en desarrollar una faceta personal, hasta entonces inexplorada. Por último, llegó la cadena de decepciones. Cuando hubo enriquecido sensiblemente su intimidad, decidió dar los pasos para reincorporarse en el mercado laboral. Comenzó a andarlos sin titubeos pensando que le sería tan difícil como a cualquier otro (no es casual el masculino) pero dispuesta a afrontar la búsqueda con decisión y optimismo. No, no, no, y después del no, otro no. Y así hasta minarlo todo, llegando a dudar de la capacidad propia, adquirida tras largos años de formación y experiencia profesional. Una sombra de lo que fue es lo que era. Siempre lo mismo: como está casada, perderá disponibilidad; como es madre, desatenderá sus obligaciones laborales. Reengancharse al trabajo era de lo más duro e ingrato. Y no daba frutos: sumaba desazón.

Se miraba en su entorno, en su familia, en sus hijos y se devolvía una imagen seria, triste, agobiada. Cada vez con más frecuencia tiraba antes la toalla, la habían acostumbrado a no pelear en una lucha que sin comenzar iba perdiendo y ya no consistía en conseguir trabajo sino en conservar la dignidad. Pensaba que la habían derrotado definitivamente. Y lo peor es que apenas le dolía.

La historia de M es la de las mujeres que se esfuerzan en dar lo mejor para recibir muy poco o nada de un mercado laboral que todavía las excluye por los mismos motivos que valora a los hombres: lo que para ellos supone estabilidad, a ellas las idiotiza profesionalmente. Es la injusticia de mantener fuera del sistema a la mitad del tejido productivo del país. Es la torpeza hecha negocio, sin percatarse de que rentabilidad y competitividad se escriben en femenino.

Hace unos días vi a M con una sonrisa inmensa. El lunes empieza a trabajar. Un empresario joven, varón, emprendedor e inteligente, le ha ofrecido un puesto decente. No le preguntó si estaba casada. Yo les he contado esto a mis hijas, mujeres algún día, y les he dicho que cuando sea mayor quiero ser mujer para pelear como M, como una más. Para que no sea su lucha. Para que ya no haga falta.

sábado, 14 de julio de 2007

SIN AIRE

Es absolutamente cierto que, en estos momentos, no tenemos aire acondicionado en mi casa y estamos pasando un tremendo calor. Podéis suponer lo díficil que se hace en este Sur quemante pasar los días recalentados con dos criaturas nerviosas que padecen rigores mercúricos de una dimensión extrasensorial. Pero no es menos cierto que estar así, sin aire, ha supuesto una excusa para escribir, aprovechándose de una metáfora imposible, sobre otras averías y esperas: las de las personas, que cuando se averían se decepcionan y cuando esperan se desesperan. Este artículo, que publica Diario Córdoba en la columna semanal, habla de máquinas estropeadas pero también de personas que, al final, no pierden la esperanza.
Sin aire
Será este calor que nos machaca el que me tiene loco pero no ha sido mi imaginación. La falta de aire me impide respirar. Y tengo la impresión de que no es sólo a mí.

La mayoría de nosotros tiene en su casa aparatos de aire acondicionado y, como le puede pasar a cualquiera, se estropean. Claro que el pequeño problema del aire acondicionado es que descubres que está averiado cuando lo necesitas: básicamente en verano, cuando hace calor. Es como ir a los bancos. Se va cuando necesitas dinero y ponen dificultades. Igual pasa con el aire. Si lo necesitas, se rompe. Y empieza el baile. Semanas de espera para que vengan a verlo, identifiquen la avería que ya has comunicado y semanas de espera para cambiar la pieza que hace que el bicho funcione. Todo eso va fortaleciendo tu carácter y exigiéndote que des lo mejor de ti mismo para no perder los nervios que el calor y el pelotón de personas que quieres, y sufren la situación contigo, van crispando. En el fondo, deberíamos ser máquinas. Sería más fácil disculparnos porque también nos estropearíamos, sufriríamos averías y si no nos reparasen en semanas, no pasaría nada.

He salido a la calle para buscar el fresco que no encuentro, he estado en el trabajo agotado y he perseguido el ocio, que no me ha entretenido mucho, percibiendo en casi todos lo sitios que la gente está como nosotros, sin aire. El humor cambiado, la amabilidad perdida, el tono humano inexistente. Muchos de lo que están sin aire me han comentado sus peripecias personales y lo más grave es que hasta quienes han logrado arreglarlo están tristes. Automatizados, sin entender que pudiendo reparar la avería de manera rápida y satisfactoria no se haga y además casi se exija por los reparadores que el aparato funcione, mientras piensan en cómo va a pedirse que funcione si está roto. Incomprensible. Si además se añade que averías definitivas y más tardías, que ya no tienen remedio, pasan por delante de éstas, que basta con querer repararlas, el nivel de indignación se dispara. Nadie entendería además que cuando el técnico llegue, si llega mientras dura el calor, espere para cobrar el mismo tiempo que tú has estado sin aire.

Como en el concierto de Sabina y Serrat, perdonen la tristeza. Pero el hecho es que cuando el aire esté arreglado mejorará mi estado de ánimo. Volveré a ganar espacio: el salón. Aunque no dejo de preguntarme si antes vivía sin aire por qué ahora me afecta tanto. La razón es que quiero que mi casa funcione bien. Al fin y al cabo, las máquinas pueden dejar de usarse pero las personas necesitamos el aire para respirar. ¡Qué mala costumbre!

sábado, 7 de julio de 2007

ESPAÑA EMBARAZADA

Esta semana la columna original, que cuelgo aquí, es algo más larga que la publicada en el Diario Córdoba. De cualquier forma, la versión larga y la corta dan mi visión sobre el futuro que necesitamos cuando lleguen las elecciones generales. Como siempre, se puede discrepar.


ESPAÑA EMBARAZADA


Apagados los aplausos del Congreso de los Diputados, y los abucheos y los insultos, terminadas las votaciones para las resoluciones que los distintos grupos han presentado para su aprobación por el Pleno, concluidas – al fin – las réplicas, las contrarréplicas y las dúplicas, una pregunta cruza el aire: ¿cuál es el estado de la nación?. Poco menos de nueve meses para las elecciones próximas dan la respuesta. Contemos bien: España está embarazada.

España, que normalmente nos une, tiene muchos novios. Unos la cortejan y agasajan y otros la inquietan. Dicen querer lo mejor para ella y prometen cuidarla más que nadie pero no siempre es así. El hecho es que este embarazo reciente tiene un pulso definido marcado por el ritmo rápido de las novedades legislativas que están transformando el país y lo van a seguir haciendo. Varias leyes asombrosas han cambiado el paisaje trufando su camino con la extensión histórica de los derechos civiles a todas las personas con independencia de con quien se acuesten (matrimonios entre homosexuales), articulando el respeto en todos los ámbitos al cincuenta por ciento de la población que es mujer (Ley de Igualdad), protegiéndonos a todos del machismo criminal ( protección a las víctimas de violencia de género), fortaleciendo los núcleos rurales con una norma que los protege y los mejora ( Ley de Desarrollo Sostenible del Medio Rural), defendiendo la dignidad de quienes son cuidados y de quienes los cuidan (Ley de Dependencia) y con un mayor sentido de la propia posición en el mundo. Otras iniciativas están también en puertas de salir. Algunas, recién anunciadas, los dos mil quinientos euros por cada hijo, provocarán que más de una mesa electoral en el próximo mes de marzo esté presidida por una mujer embarazada.

Los que no proponen nada nos han dicho que son tiempos convulsos, crispados, y que esta forma de hacer política, que tranquiliza a la gente, no es tan apreciada. Quizás por ese motivo recurren las leyes, se oponen a su aprobación y profetizan un desastre que nunca llega de manera continua. Se esfuerzan en explicar lo mal que está todo y lo bien que nos iría con ellos sin ofertar nada, como si nos hubiésemos olvidado tan pronto de su gracejo particular a la hora de gobernar, de su falta de talante y de talento. Pero lo peor de todo es que pretenden asumir las riendas de nuestro futuro desnudando al Estado frente a ETA, haciendo oposición al gobierno con la política antiterrorista. Para que conste: ese camino no pretende derrotar a ETA, sólo persigue derrotar al Gobierno. Y no sirve. Esta España embarazada precisa con urgencia una derecha cabal que no sólo diga que la ama sino que la ame de verdad.

Hay legislaturas que, como ésta, entran en la historia por utilizar la política para transformar el país, con dificultades pero con ambición. Ojalá traiga este estado de buena esperanza un parto que alumbre más futuro. El camino para lograrlo es preñar las urnas con votos que sigan creyendo en las posibilidades de la “España de la rabia y de la idea”.

martes, 3 de julio de 2007

Hablemos un poco de libros...

Cuando inicié el blog incluí en mis gustos por libros una indefinición tremenda. Señalé que cada época tenía el suyo. O los suyos. Así es. Ayer estuve hablando un rato con la familia y amigos de libros y recordé que últimamente dos de los que más me gustaron tenían puntos en común. Y pensé en contarlo porque tuvieron su tiempo. No son de rabiosa actualidad pero ¿no le serían para mí si los retomara...?
DOS BARCELONAS

Advertí que hablaríamos de libros. Hoy lo haré. Manifiesto que escribo desde el gusto personal por la belleza, sin introducirme en campos literarios que exigirían un análisis más profundo. Por aquello de la belleza, entendida en el sentido clásico: lo bello es lo que visto gusta

Barcelona, una ciudad poderosa que me encanta, ha sido descrita con valentía por muchos buenos autores y ha dado pasajes de viaje mental que me han fascinado. Supongamos que podemos definir una Barcelona que se desafía a sí misma y se vislumbra a través de los personajes que la habitan, ¿cuántas habría?. Desde ese prisma hablemos de dos Barcelonas.

La primera es una que por cercana, aunque histórica, me refiere un tiempo casi actual. Es la de Mendoza en La Ciudad de los Prodigios. Sus personajes, su trama establecida sin complejos, su tiempo - en ocasiones maloliente y sórdido y, en otras, tierno y sensible - nos sitúa entre el retraso y un disfrazado progreso de un mundo en cambio a velocidad de vértigo, desde el ascenso social de Onofre – uno de los mejores nombres de personajes que he leído – que en definitiva supone su destrucción personal sólo salvada por el magnífico final surrealista que lo coloca entre los mejores finales abiertos que hacen que la novela quiera continuar en la cabeza del lector. En la mía continuó y salvó a Bouvila de sí mismo.

La segunda es la reciente opera prima de Falcones, La Catedral del Mar. A mí, que leí emocionado el novelón de Follet sobre la Edad Media, Los pilares de la Tierra, no me importa tanto que sea ésta la versión catalana de Los pilares (como he leído en algunas críticas) o que, como también he visto en otros sitios, no suponga una verdadera novela histórica. La realidad es que me conmovió. Me fascinó el relato del ascenso de la buena gente, una gente real con arañazos morales y dificultades ocasionales de honestidad, como en el fondo somos todos. Arnau Estanyol, otro magnífico nombre de personaje, tiene lo que muchos otros: contradicciones y sueños y la absoluta suerte de vivir segundas y terceras oportunidades. Su ciclo vital respeta incluso la corrección externa de las vidas de otros que se quedaron sólo en la primera oportunidad, y hasta sin ésa.

Os habréis percatado que no cuento nada concreto de ambas novelas, que seguramente ya os arrebataron también, y no es casual. Huyo consciente de relatar relatos. Defiendo mi gusto por dos novelas que hablan de la misma magnífica ciudad que, como en el título de estas líneas, sobrevuela la novela y se convierte en una excusa para hablar de los verdaderos protagonistas: las gentes que hacen las ciudades. Aquí, también ha sido una excusa. Sobre lo que me evocaron, realizo sólo un esquema de lo que al final me sugirieron porque no quiero dirigir ninguna concepción previa sobre las dos novelas.

Ahora, que ya estamos en verano, cuando me cautivaron mirando al mar, en las noches de descanso acompañado del sueño plácido de mis nenas y la sonrisa cómplice de mi compañera, cuando levantaba la vista de su novela, en aquellas terrazas atlánticas abiertas de par en par a la brisa del océano, son una lectura que aconsejo vivamente. Si las hubiera contado, las habría roto. Lo que os evoque, que os pertenezca. Ahí reside la magia de la lectura.

Termino. Si no habéis visitado Barcelona, visitadla. Si no habéis leído La Ciudad de los Prodigios, leedla. Si no habéis leído La Catedral del Mar, hacedlo. Si ya conocéis Barcelona, volved. Y si ya habéis leído estas dos espléndidas novelas, redescubridlas.

Se trataba de una excusa. Dos Barcelonas, dos ascensos, dos finales. ¡Qué placer!

domingo, 1 de julio de 2007

EL JUEZ POLACO

Cuando están todavía cerca los ecos de la celebración del Europride en Madrid, la fiesta europea del orgullo gay, y continúan llegándonos noticias de las estupideces que están pasando en Polonia, un digno país gobernado por unos hermanos que se reparten las funciones del poder para retrasarlo política y socialmente, sorprende que en España un juez entorpezca un procedimiento de adopción a un matrimonio con base en su propia concepción moral, sin sujección a unos mínimos estándares de aplicación de la ley.

EL JUEZ POLACO

Polonia, el país de los gemelos locos, que escandaliza a toda una generación de liberales, se ha despertado esta semana fuera de sus fronteras. Hasta la misma Murcia llega la ola de homofobia que salpica Europa. Un juez, primo hermano de los gerifaltes del neorégimen de Varsovia casi seguro, lleva un largo tiempo impidiendo que dos mujeres casadas sostengan su natural derecho a la maternidad compartida, con arreglo a las leyes de nuestro país. Una niña nacida de una de ellas, mediante la inseminación artificial, está siendo tratada benevolentemente por este servidor público al impedir que la cónyuge de la madre biológica acceda a la maternidad de la criatura. Es el concepto moral de la familia normal que tiene el sujeto en cuestión el que somete a esta perversión a este matrimonio de mujeres que han decidido ser madres. La pena es que el juez es de aquí.

Las trabas que ha puesto en el procedimiento, que desde la reforma del Código Civil es simple y eficaz, son muchísimas. Incluso ha designado a la Dirección General de la Familia de Murcia para que defienda el interés de la menor, cuya adopción absolutamente racional pretende la cónyuge de la madre biológica, para compartir una maternidad que ya ejerce desde el nacimiento. Pide el consenso de todos los psicólogos para que se pronuncien sobre la normalidad de la situación y se preocupa especialmente de la tendencia que la niña pueda tener en el futuro hacia la homosexualidad, dado el patrón en que se criará con sus dos madres.

Lo insólito es que este juez de pacotilla, martillo de herejes, sostenga con pobres argumentos jurídicos una posición moral de carácter individual y confunda la normalidad con lo común. Una familia es tan normal como otra con independencia de lo que corresponda determinar a un simple juzgador. Otra cosa es que sea menos común, menos frecuente, menos cotidiana, extremos que nada tienen que ver con la normalidad jurídica de una relación que, en cuanto a su ámbito e intensidad, se rige por lo que las partes de esa relación decidan y, en cuanto a su virtualidad jurídica, se definen en plenitud de derechos por las leyes que las permiten y avalan.

El Tribunal Superior de Justicia de Murcia investigará el asunto por si deduce responsabilidad del juez. Antes, en 1987, este juez tan poco normal, ordenó detener a dos chicas por hacer top-less en una playa de Chiclana. Pasaron tres días en el calabozo para ser después lógicamente absueltas de la inexistente falta de escándalo público que este sujeto de derecho, rayano en el esperpento, les imputó en la detención. Se cumplen ahora veinte años de aquel suceso. Seguramente celebrará la efeméride con esta nueva coz jurídica.

Nadie obliga a este juez a casarse con un hombre y adoptar. Si su moral se lo impide, no puede ejercer el poder que le confiere el pueblo para impedir la aplicación de la ley a quien no se sujete a su credo. La cuestión es simple: ha de servir a la ley, no servirse de ella. Si no le gusta, me comentan que hay plaza en el juzgado de Czestochova. Que corra antes de que también allí gane la dignidad.