sábado, 10 de febrero de 2007

Un Estatuto para la gente

Diario Córdoba ha publicado el 9 de febrero un artículo que he escrito sobre el Estatuto de Andalucía, otra vez. Insisto en ese artículo sobre las ventajas que reporta el Estatuto en el campo de los derechos que se blindan y la necesidad de responder a nuevos indicadores que reflejan una realidad actual de Andalucía que aconsejan generar nuevas normas que sirvan para cubrir las necesidades que señalan. Lo cuelgo aquí.

UN ESTATUTO PARA LA GENTe

El nuevo Estatuto refleja la ambición de Andalucía. Hemos mejorado sensiblemente. Queremos crecer más, estar en cabeza del desarrollo. Este nuevo Estatuto salvaguarda los intereses de todos los andaluces y andaluzas, y nos sitúa en el nivel que nos corresponde en 2007 por historia, peso político y peso demográfico. Con respeto a todos, a niveles máximos. Ni más ni menos que nadie.

Es necesario que sepamos que el momento histórico de Andalucía es distinto al que vivimos en el 28-F. Las normas se hacen en función de la sociedad a la que se dirigen. El avance del desarrollo que hemos tenido ha hecho que tengamos unos indicadores diferentes a los de aquel momento. La nueva realidad andaluza puede verse en que hemos pasado de un sistema de desatención sanitaria y educativa a universalización de sanidad y educación; de un 18% de analfabetismo a un escaso 3%; de una sociedad desigual a una comunidad pionera en políticas de igualdad entre hombres y mujeres; del desempleo y crisis económica a la creación de más de un millón de puestos de trabajo con más de tres millones de ocupados; de un 19% de presencia de la mujer en el mercado laboral a un 41%; de un territorio sin infraestructuras a un territorio vertebrado: 171 km de autovía entonces, hoy más de 2000 km; de menos de 30% de la población con estudios secundarios o superiores a más de un 55%; de cinco universidades con 93000 estudiantes a diez universidades con 230000 estudiantes; de 2000 empresas registradas en 1981 a más de 20000 nuevas empresas cada año; de no tener estructura de formación ni investigadores ni científicos a más de 25000 investigadores trabajando, y a ser referencia española, europea y mundial en la vanguardia de la investigación biomédica con la progresión en materia de células madre. De una foto en blanco y negro, que ya es historia, a una foto en color de una Andalucía dinámica, que crece y que avanza. Aunque no todo funciona perfectamente y hay problemas que resolver y campo donde progresar, tenemos una buena realidad para un magnífico horizonte. Ese horizonte se hará posible con el nuevo Estatuto que concreta nuevos derechos garantizados, blindados, sobre la base de estos nuevos indicadores.

Por primera vez un Estatuto recoge derechos sociales específicos para los mayores. El artículo 19 consagra los derechos de los mayores y se concretan en asistencia integral al mayor, con políticas para que su calidad de vida no baje con la edad sino que suba. Lo que se hace en el resto del país con las leyes, como la de Dependencia, (asistencia domiciliaria, ayudas al familiar que se ocupa de la persona dependiente, más plazas en residencias…) se convierte en Andalucía en un derecho consolidado para siempre, garantizado por el Estatuto.

La igualdad plena de hombres y mujeres es un derecho garantizado y se reconoce del mismo modo el derecho de la mujer a la protección contra la violencia de género. No es sólo una política coyuntural sino un derecho garantizado para siempre. Hay igualdad en todos los ámbitos. Los impulsos legislativos para todo el país con las leyes de igualdad y contra la violencia de género es en Andalucía un derecho consolidado, garantizado para siempre por el nuevo Estatuto.

El mantenimiento y desarrollo del grado de formación de los jóvenes andaluces a través de un sistema educativo público de calidad, donde ya somos referente, es una garantía más del nuevo Estatuto. En el resto de España la Ley de Educación recoge esta idea pero en Andalucía es un derecho que nos lleva a aprovechar y superar las oportunidades de la generación mejor formada de nuestra historia. El acceso a la vivienda a través de la obligación de la administración de promoción pública de vivienda es la primera vez que se fija como un derecho ciudadano, particularmente de los jóvenes, y como un deber público. Por otra parte, la asunción de las políticas activas de empleo para Andalucía, y desde Andalucía, repercutirá positivamente en el empleo joven. A través del Estatuto se obliga a los gobiernos de Andalucía a establecer políticas específicas de inserción laboral para jóvenes. No es que los gobiernos quieran hacerlo es que, con el Estatuto, tienen que hacerlo.

El nuevo Estatuto responde a las necesidades de la gente normal. Hemos recorrido un camino enorme en los últimos veinticinco años. En poco tiempo relativo hemos alcanzado un nivel muy alto. El lugar al que llegaremos los andaluces será más alto, y en menos tiempo, si apostamos por este instrumento y lo hacemos eficaz con nuestra participación. Tenemos un capital humano bien formado, autoestima y un proyecto de futuro sólido que se representa en la modernización andaluza de la que el Estatuto que vamos a votar es garantía.

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