domingo, 21 de enero de 2007

DESARROLLO PARA EL EMPLEO

DESARROLLO PARA EL EMPLEO

El empleo es sin lugar a dudas el gran reto de nuestra ciudad. Córdoba necesita un impulso decidido en esta materia por los gobernantes y es el pilar en que cimentar niveles de desarrollo óptimos.

Desterremos falsos mitos. La acción del gobierno local debe dirigirse en materia de empleo a generar las condiciones que permitan generar empleo. Los poderes públicos no crean empleo: no tienen la capacidad de hacerlo, más allá de la cobertura de los servicios, pero sí deben impulsar a la iniciativa privada empleadora a que lo haga. El trabajo para el empleo reside por tanto en estrategias que inviten a dinamizar economías locales. Lo que tenemos no funciona. Cambiemos.

Los programas públicos de fomento socioeconómico deben tener dos vectores de movimiento: crear sinergias que provoquen economías con valores añadidos y ser muy flexibles en el marco de acción para ajustarse a los cambios del mercado laboral con rapidez. En suma: dar respuesta rápida y que esa respuesta sea además mejor que la que pueda encontrar en otros espacios. Conseguir que el apoyo público añada valor.

Si estos programas no existen, habrá que hacerlos. Como siempre, estos retos son una oportunidad. La operatividad aconseja que aprovechemos los recursos que tenemos y los pongamos en red, de forma que el empleo sea un eje transversal de la estrategia política pero también un elemento constante en la gestión cotidiana. Una política que no se gestiona no pasa de ser, en el mejor de los casos, una ilusión.

El desarrollo local ha de conectarse necesariamente con instrumentos de gestión ordinarios para fomentar nuevas actividades económicas y descubrir yacimientos de empleo. Eso exige definir qué sectores económicos son estratégicos para la ciudad y cómo se van a dirigir en el futuro. Anticiparse es clave para gestionar el desarrollo porque permite invertir en el futuro y, en cierta manera, planificar en qué tipo de futuro queremos invertir. Nadie puede excluir área alguna de gestión ordinaria de un ayuntamiento como el nuestro en este objetivo. Desde el área estadística, que permitirá conocer la realidad socioeconómica de que partimos y si se canaliza puede ser un instrumento para que los actores económicos conozcan esos datos de manera rápida, a los planes estratégicos o de capitalidad que puedan existir, todo ha de estar conectado. La información ayuda a tomar decisiones ajustadas, la ejecución en red e interdependiente procura mayores logros.

El desarrollo para el empleo tendrá que dirigirse a fomentar y apoyar las fórmulas de economía social, impulsar la creación de nuevas iniciativas empresariales y contribuir a mejorar la gestión empresarial, porque si se quiere que el trabajador sea cualificado, cuya formación no debe descuidarse, habrá que potenciar también que el empresariado sea de calidad y se forme para aportar algo más que el riesgo económico, cada vez menos determinante. La garantía de los trabajadores es el empleo y el éxito de las ciudades albergar trabajadores razonablemente satisfechos con su situación socioeconómica.

Una tarea directa de los agentes públicos reside en eliminar trabas para que el mercado de oferta y demanda entre el empresariado formado y los trabajadores motivados fluya sin sobresaltos. Hay obstáculos visibles, físicos, donde habrá que trabajar por generar o rehabilitar físicamente espacios locales productivos y otros invisibles, más dolorosos, como la siniestralidad laboral y la ausencia, o escasa presencia, de la mujer en el mercado. El trabajo se explica como instrumento para la prosperidad personal y colectiva, no como un riesgo para que la vida que la disfrute se trunque. Del mismo modo, ninguna sociedad competitiva puede permitirse relegar o rebajar la intensidad de participación de la mitad de su fuerza productiva. Arriesgar o postergar así nuestro capital humano es, además de injusto, estúpido.

Una estrategia de desarrollo local para el empleo requiere planificación, participación, programación y coordinación a escala local y también conexión con los niveles de decisión supramunicipales. No hay varitas mágicas ni compartimentos estancos, pero puede encaminarse con decisión e iniciativa política que articule mecanismos de gestión eficaz y eficiente que den resultados y permitan evaluarse objetivamente para incidir en aquello que la mejore o sustituir lo que la ralentice o empeore: señalar un camino, definir objetivos y empeñarse en conseguirlos, con la participación social más amplia en la formulación de la estrategia y la consecución de los logros.

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