martes, 7 de abril de 2009

EMPLEARSE PARA EL TRABAJO

Emplearse para el trabajo
No sé si la gente necesita manifestaciones políticas pero sí creo que la ciudadanía espera una respuesta eficaz contra sus efectosde la actual crisis económica. Los gobiernos no pueden dejar de lado su responsabilidad en la gestión cotidiana para lanzar políticas y actuaciones que contribuyan a mitigar las consecuencias negativas de esta situación para la población y en particular para quienes más lo necesitan, pero el esfuerzo debe ser común, ha de implicar también al resto de formaciones políticas y a la propia sociedad. Cualquiera de nosotros comprende que las orientaciones sobre la política económica han de dirigirse con especial intensidad a favorecer el mantenimiento y la creación de empleo.
Es imprescindible asumir una responsabilidad pública con las políticas que ayuden a superar la crisis económica. En esta situación se requiere el esfuerzo de todos los partidos políticos para realizar un compromiso de responsabilidad y coherencia. La responsabilidad obliga en este momento concreto a valorar positivamente que todos los instrumentos con que las administraciones públicas cuentan se dirijan a poner soluciones para esta situación. La coherencia lleva, del mismo modo, a considerar imprescindible que dichos instrumentos estén cuanto antes en vigor para que sea posible articular de forma efectiva las medidas que contengan. De tal forma, lo que necesitamos son medidas concretas, que se sumen a las puestas a disposición por los fondos extraordinarios, cuyo desarrollo se desenvolverá en 2009.
La manifestación pública de una posición favorable al mantenimiento del empleo debería basarse, en mi opinión, en la elaboración de una alternativa a la política económica actual que no se molestan en definir, porque no les interesa. No basta quejarse sin más, aunque evidentemente puedan aducirse causas para hacerlo. Completar el sufrimiento de las personas que están perdiendo su empleo con el acto demagógico de extender el malestar social para dirigirlo contra el gobierno es un banderín de enganche demasiado fácil, demasiado simple, demasiado mezquino.
Frente al modelo que defenderán, propongo el ensayo de una práctica audaz que refuerce el papel del Estado como motor económico, fortaleciendo la inversión pública, aumentando gasto social, protegiendo los derechos de los desempleados durante la crisis, sin acceder a las presiones para el abaratamiento del despido. Si se sumaran al trabajo, harían más por este país que portando una pancarta.

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