lunes, 23 de marzo de 2009

EN UN PAÍS MULTICOLOR


En un país multicolor
La Iglesia Católica, confesión nominalmente mayoritaria en el país, ha iniciado una campaña contra la tramitación de la nueva ley del aborto en España, consecuente con su predicación. Las Hermandades de Semana Santa, próxima exaltación de la religiosidad católica en las calles, han planteado una protesta simbólica, portando un lazo blanco en sus pasos, como muestra de rechazo a esta posición legislativa de nuestro país, aconfesional, hasta donde sabemos. La jerarquía católica está en su derecho de defender su concepción como guste, del mismo modo que las Hermandades que procesionan pueden hacerlo. Admitirán, por tanto, que su intervención pública – a la luz del Evangelio -, obtenga respuesta pública – a la luz de la Constitución.
El blanco es la suma de todos los colores. Cabe que nos preguntemos, por tanto, si esta exhibición inmediata responderá también a otras cuestiones sangrantes, con la misma vehemencia felina.
Me cuestiono si habrá lugar, con idéntica intensidad estética, para el color morado del lazo que se solidariza con las mujeres víctimas del maltrato criminal machista y lo combate o si, por contra, aquellas que denuncian penalmente su sufrimiento y ponen fin a su relación vital con el divorcio, pecarán y, para evitarlo, deberán aguantar.
Dudo que el color inmaculado que portarán se tiña del rojo de la lucha contra el SIDA. Me pregunto cuánto tiempo más habremos de escuchar que la pandemia que azota al mundo, y en particular al que menos parece importar, se acaba con la fidelidad y la abstinencia, en vez de promoviendo información y formación sexual sobre prácticas que añadan seguridad para la salud en forma de preservativo.
Intuyo que es poco probable que el verde esperanza de las familias que ansían el nacimiento de un hijo sano que ayude a la curación de la enfermedad de otro de sus hijos vaya a estar reflejado en la claridad albina de ese color. No lo estará tampoco el amarillo expectante de quienes confian en los avances médicos, a través de la investigación con células madre, para desterrar males que nos aquejan en este mundo, hasta tanto llegamos al otro.
El aborto es un drama personal. Actualmente es un delito, despenalizado en cuatro supuestos. Sostengo que tal consideración es injusta porque criminaliza a las mujeres que interrumpen su embarazo. Respeto a quien se oponga. Reclamo el mismo respeto para reinvidicar el derecho que nos damos los seres humanos. Frente al blanco monocolor confesional, la paleta multicolor de mi país. Laico y libre.

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